La teoría sobre el universo de los archivos, refiere las tres edades de los documentos, que cambian de acuerdo al país y el contexto. Según las más utilizada, se pasa del archivo corriente o prearchivo, al intermedio y posteriormente al histórico, donde se guardan por su valor patrimonial, para siempre.
En un archivo escénico, al menos el cubano, tiene otras particularidades, y lo fundamento en el ejemplo, de la Casa de la Memoria Escénica, donde las edades varían según el origen de los documentos, que refieren los distintos soportes que se conservan, y este proviene en muchos casos, primero, de los archivos personales de creadores o de agrupaciones e instituciones de las artes escénicas, algunas con un valor patrimonial, lo que proviene del pasado, el más lejano en nuestro caso es el año 1958, y segundo, son generados en los departamentos del consejo, la entidad que rige la estructura y organiza institucionalmente a la escena, incluida la presidencia, donde según su posible valor histórico, llegan a nuestros archivos, según la seriedad o la desidia de cada presidencia, los documentos que han madurado durante cinco años y alcanzan un valor histórico, especialmente aquellos que tienen una significación para la historia y posibles investigaciones, que incluyen informes, actas, resoluciones, cartas oficiales y otros.
Solo en esta vía, el archivo, transita, sintetizando el proceso, por las dos edades.
En algunos casos, a departamentos como Promoción y Relaciones Públicas, se le exige un elipsis temporal, para que su documentación, desde la etapa de la creación y uso inmediato, por ejemplo programas de mano, vayan enseguida de la oficina al archivo, sedimentando e iluminando la Historia del presente , que en poco tiempo será pasado, contribuyendo de esta manera a evitar vacíos o lagunas en la memoria.
Muchas veces, el programa impreso, carece de un elemento esencial, la fecha de estreno, lo que se salva en el proceso de registro, que esclarece algo tan significativo para el documento.
Lo cierto, que cada día nos llegan documentos de épocas pasadas, que van a engrosar nuestros fondos según la organización y clasificación con la que trabajamos, por lo tanto en el caso anterior, el proceso es completamente diferente.
Por otra parte, el archivo asume documentos que son generados por las agrupaciones e instituciones o por el propio Consejo, como son estrenos, funciones, actividades, espacios sistemáticos y eventos, especialmente estos, que generan un fondo específico, amplio y diverso que incluye al evento y las agrupaciones participantes, que permite recopilar carteles, programas, actas, estadísticas, imágenes, grabaciones de paneles y entrevistas a personalidades.
Las actividades, generadas o asumidas por la propia institución, las relaciones con otros creadores, promotores, periodistas, investigadores e instituciones no solo matanceras, son uno de los mayores acervos del archivo, y fuente activa de su enriquecimiento.
En estos ejemplos, las edades de los archivos, también se diluyen, y la llegada a nuestras manos, ocurre tan pronto culmina el evento, y son documentos, que nos iluminan el trabajo presente, y contribuyen a la especialización y la consulta de un público interno, pero también externo, que se sedimenta en el Tiempo.
Si el Archivo, de manera general tiene sus especificidades; el escénico, con las polémicas conceptuales que puede propiciar entre los teóricos, tiene otras, con un lenguaje que funde los de la archivística, la Historia, pero muy esencialmente, las de las especialidades de las artes escénicas, que hace que nos permita hablar de métodos, con características propias, y una defensa de las características del Archivo Escénico, que defendemos en la teoría y la práctica, y que hacen, que cada año, nos enamoremos de una profesión, que llegó, lentamente, para formar parte de nuestra vida.
A veces solitaria, a veces incomprendida, a veces en lucha constante, por salvaguardar lo que se pierde, pero siempre afirmados en la esperanza.
Ulises Rodríguez Febles/Tomado del Perfil MEMORIA ESCÉNICA- ARCHIVO DE LA MEMORIA ESCÉNICA