Caleb nació para cantar rancheras

Una nueva experiencia tendría al conocer el poblado matancero de San Pedro de Mayabón. Los días y el calor de parte de la familia me habían quitado las ilusiones de encontrar una historia de vida o una entrevista en una zona tan alejada.

En una de las visitas a la casa de los abuelos apareció Caleb, un joven de tan solo veinte años con una voz tan afinada como cualquier artista de renombre y con condiciones melódicas e interpretativas envidiables. Desde el cuarto podía escuchar aquella melodía capaz de adueñarse de los presentes.

Solo un background necesitó para comenzar a deleitar a todos. Por momentos pensé que doblaba, pero pude notar las ganas y la pasión que siente al desdoblar su voz.

Caleb Cuello Pérez nació para cantar temas mexicanos. Su tío toca guitarra e interpreta diversas canciones.

¿Cómo fueron tus inicios en este mundo?

“Mis inicios en el mundo de la música comenzaron desde pequeño. La mayoría de mi familia por parte paterna son músicos. Una guitarra me compré y aprendí a tocarla.”

Así comenzó a gatear (hablando a lo cubano) y apenas se percataba. Al joven la música lo reconforta, lo anima, le alegra el alma.

“En todos los géneros busco lo mismo, el gusto por cantar. Las rancheras es lo que vivo a diario. En sus letras encuentro las enseñanzas del día a día de las personas.”

Todo un artista parece cuando se viste de mexicano. El sombrero de mariachi, ese icónico accesorio de la cultura mexicana, lo acompaña siempre. En los lugares donde se presenta demuestra su pasión y esa soltura en el escenario capaz de dar lo mejor de sí para satisfacer al público. Un rodeo no se pierde y siempre termina cantando algún que otro tema.

“Las personas me dicen que canto bien. Cuando interpreto un tema dejo volar la imaginación. Mi objetivo es que el público quede complacido, que se identifique con la sonoridad y que tarareen el estribillo conmigo.”

Al movimiento de artistas aficionados de la Casa de Cultura Pedrito Morejón pertenece hace más de dos años. “El movimiento de artistas aficionados es muy bueno, los profesores te enseñan y amplías tus conocimientos en el mundo de la música. He aprendido a hacer ejercicios de respiración, a tocar mejor la guitarra.”

Caleb domina con destreza el género que se proponga interpretar y por eso merece aplausos y reconocimientos del público. En su tiempo libre canta para así practicar las letras de las canciones.  Los inicios en el mundo de la música resultaron difíciles, pero el apoyo de sus familiares siempre estuvo presente.

¿Cuánto le debes al poblado de San Pedro?

“Vivo en un batey llamado Urbeta, pero la mayoría del tiempo estoy en San Pedro. Allí todos me conocen y lo mismo canto una serenata para una quinceañera que en un rodeo o en algún que otro cumpleaños.”

Caleb estudia en la Facultad Obrero Campesina para obtener su doce grado, y su mayor sueño consiste en llegar a convertirse en un profesional de la música mexicana, que lo reconozcan y admiren su amor por el género ranchero, ese mismo que corre por sus venas, tal vez desde el vientre de su madre. (ALH)

Acerca Roxana Valdés Isasi

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