La gran vedette de Cuba, Rosita Fornés, nació un día como hoy hace 102 años.

Si alguien preguntara ahora por Rosalía Lourdes Elisa Palet Bonavia (Nueva York, 11 de febrero de 1923 – Miami, 10 de junio de 2020) es probable que pocos sepan, pero basta con decir Rosita para que el aplauso y la reverencia ocupen todos los espacios.

Esta inmensa figura, con su multifacético y muy profesional quehacer ganó el respeto y la admiración desde que con 15 años de edad iniciara su carrera artística en La Corte Suprema del Arte.

 

 

Foto: tomada de Facebook
Foto: tomada de Facebook

No se detuvo desde entonces hasta convertirse por mérito propio en reina de los escenarios cubanos y de muchas otras latitudes, incursionando en el teatro musical, la zarzuela, la opereta, el cabaret, el canto; en el cine y la televisión.

Con orgullo comentó al cantautor Amaury Pérez en lo que fuera el muy popular programa televisivo Con dos que se quieran:

“Yo he recorrido casi el mundo entero, al menos una gran parte y siempre voy como artista cubana. (…) Soy artista cubana, aunque no haya nacido en Cuba. Porque aquí fue donde me crié y aquí fue donde me formé.

Foto: Petí.

Las lágrimas y flores de los miles de cubanos que acudieron aquel junio de hace menos de cinco años, a rendirle tributo durante el recorrido del cortejo fúnebre, desde el teatro Martí hasta la Necrópolis de Colón, lo ratificaron.

Foto: Ismael Francisco

El entonces presidente de la UNEAC, Miguel Barnet, lo resumía durante la despedida de duelo con una contundente frase: “Ella no fue otra cosa que un pueblo vestido de luz”.

(Vladia Rubio / CubaSí)

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