Hace apenas unos días se recordó la Protesta de Baraguá, que tuvo lugar el 15 de marzo de 1878 en Cuba y que fue un hito significativo en la lucha por la independencia de la Isla. La acción fue liderada por el general cubano Antonio Maceo, quien se negó a aceptar el acuerdo de paz firmado entre España y Cuba, conocido como el Pacto del Zanjón.
El Pacto ponía fin a la Guerra de los Diez Años, un conflicto que había comenzado en 1868 con el objetivo de lograr la independencia de Cuba. Sin embargo, muchos cubanos consideraban que el acuerdo no cumplía con sus demandas.
Antonio Maceo, uno de los líderes militares más destacados de la lucha independentista, se negó a rendirse y se retiró a la región de Baraguá con un grupo de seguidores. Allí, proclamó su famoso «¡No me rindo!» y desafió al gobierno español a seguir luchando por la libertad de Cuba.
Aunque la Protesta de Baraguá no logró cambiar el curso de la historia inmediatamente, se convirtió en un símbolo de la resistencia cubana y del espíritu indomable de Antonio Maceo. Su valentía y determinación inspiraron a muchos cubanos a seguir luchando por la independencia. (ALH)