Con apenas 13 años puso en sus labios un cigarro y aunque la primera bocanada de humo la colocó en aprietos, llegó a dominarlo pronto.

Al menos eso creyó. En aquel entonces no atinaba a comprender que era ella quien estaba siendo dominada.

Ahora se arrepiente y aunque asegura haberlo dejado, tras complicados procesos respiratorios, son notables las secuelas que ha dejado en su organismo.

Un enfisema pulmonar, acompañado de bronquitis crónica, la lleva una y otra vez a necesitar atención médica.

SIN CALCULAR LOS RIESGOS

En realidad muy pocos adultos eligen fumar. La mayoría comienza a hacerlo en la adolescencia, antes de asimilar los riesgos y las propiedades adictivas de la nicotina.

Luego sobrevienen los conflictos cuando desean abandonar el vicio y no lo consiguen.

Es así que el tabaquismo ha sido reconocido como uno de los problemas de salud más graves del Planeta y la principal causa de muerte evitable.

Uno de cada 10 mayores fallece por tal motivo. En el siglo XX provocó 100 millones de muertes y para este XXI se calcula llegue a mil millones de mantenerse la tendencia actual.

En Cuba, la situación no es menos alarmante. Casi cuatro de cada 10 personas practican el nocivo hábito.

Ello significa que en el 80 por ciento de los hogares se fuma, a lo que se suma la exposición al humo de quienes no lo hacen.

Dada esta situación, nuestro Estado firmó en el 2004 el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el control del tabaco.

También se establecieron regulaciones por el Ministerio del Comercio Interior  para contribuir de forma decisiva a enfrentar tal problemática.

DAÑOS QUE PROVOCA

Sabido es que más de 4 mil sustancias químicas la mayoría nocivas han sido identificadas en el humo del cigarro.

Se ha comprobado, asimismo, que 43 de ellas tienen efectos carcinógenos en humanos y animales.

En tanto, otras están muy vinculadas con enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.

A ellas se agregan las afecciones respiratorias, infertilidad, hipertensión arterial, malnutrición, disfunción eréctil y arteriosclerosis.

Las personas que a él se exponen son fumadoras pasivas y entre el 20 y el 30 % corren el riesgo de padecer cáncer de pulmón.

También las embarazadas se convierten en víctimas de ese consumo pasivo. Además de la madre, se relaciona con problemas sanitarios del feto y el lactante.

Los recién nacidos corren el peligro de sufrir muerte súbita y los pequeños de padecer otitis media crónica, dificultad para respirar, bronquitis, asma, neumonía, entre otras complicaciones.

Una mujer que fuma posee un 40 % menos de posibilidades de quedar embarazada, un riesgo tres veces mayor de sufrir menopausia precoz  y un 25 % más de probabilidades de perder a su bebé antes de la semana 24 de su gestación.

El principio activo más significativo del tabaco es la nicotina, descrita desde el siglo anterior y estudiada desde entonces.

Se ha descubierto que tiene gran variedad de efectos complejos, tanto en la mente como en el cuerpo, y es la máxima responsable de la adicción.

Al inhalarla se distribuye con rapidez por el organismo y llega al cerebro a los siete segundos cuando el sistema mesolímbico aumenta la liberación de Dopamina, neurotransmisor que provoca placer,  alegría y estado de alerta.

Como el efecto desaparece a los pocos minutos causando depresión, el fumador desea continuar par repetir los efectos placenteros.

El costo económico resulta igualmente devastador. A los elevados gastos de salud se adiciona que este vicio mata a la personas en plenas facultades productivas.

Aun así vemos cómo las personas continúan fumando y exponiendo a quienes les rodean.

Para la señora de la historia relatada al inicio ya es demasiado tarde. Las lesiones en sus pulmones son irreversibles.

De ahora en adelante estará siempre sujeta a antibióticos, oxígeno y otros medicamentos.

Tú, si eres fumador, puede que estés a tiempo. Deja ese vicio que te consume y mata. (ALH)

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