Nunca imaginé que podría escribir de pelota. Cuando comencé a estudiar Periodismo, el mundo de la cultura absorbía todo mi interés. Sin embargo, Carlos Manuel Bernal, un compañero de estudios, quien poco a poco se convirtió en familia, se encargó de que amara en cierta medida el deporte.
Con este joven de tan solo 23 años recorrí el estadio Victoria de Girón en busca de entrevistas, la Escuela de Iniciación Deportiva EIDE y hasta el antiguo Ateneo. Con Carlos aprendí un poco de baloncesto, de gimnasia y de bolas.
Por momentos pensé que era vana su insistencia en que asimilara los deportes, pues nunca me harían falta, como ilusa y novata al fin. El torneo de clubes campeones que regresó después de 16 años a llenar de alegrías los estadios de todo el país me demostró que la persistencia de Carlos era necesaria.
El juego entre Mayabeque y La Locomotora de Unión de Reyes no lo podía perder. Hasta el Estadio 16 de abril llegué como espectadora. El instinto de periodista hizo que a través de las redes sociales mantuviese a todos informados.
Desde ese instante cada sábado asistía al estadio, actualizaba por redes sociales y hasta entrevistaba a peloteros y directores de equipos. ¿Quién lo diría? Escribiendo de pelota.
La semifinal entre Los Bravos de Mantua y La Locomotora me puso a prueba. Dos juegos consecutivos con equipos que vinieron desde abajo y supieron llegar hasta la cima. En el coloso unionense el apoyo de la afición a ambos equipos estuvo presente. La adrenalina, más fuerte que nunca.
Casi me vuelvo atleta entre subir y bajar tantas veces las escaleras hasta la cabina dónde se transmitía para los unionenses y para el mundo el torneo. Se trataba de la primera transmisión de un juego de pelota por la emisora municipal Radio Unión. Pequeñas entrevistas, emociones encontradas y hasta un poco de nervios.
Personalidades del béisbol como Armando Ferrer, manager de Los Cocodrilos, y el receptor de Matanzas Andrys Pérez, junto a aficionados llegaron hasta la cabina de transmisión para conversar un poco sobre el desempeño del partido y el apoyo hacia los equipos.
La emoción por la pelota surge en los juegos, en los altibajos que nunca llegas a entender. Las carreras de un hombre por las distintas bases tiene cotidianidad y monotonía, tiene seguidores y detractores que se inspiran en la idiosincrasia de una localidad.
Los aficionados a este deporte discrepan sobre la imparcialidad del árbitro, se creen narradores deportivos y hasta sufren las malas jugadas o el out que decretan en segunda base.
En este torneo de clubes campeones, la contagiosidad y las emociones a flor de piel despertaron el amor por el deporte nacional y el orgullo por la tierra que me vio nacer.
Los que llegaron hasta el estadio apoyaron a viva voz a los equipos. De cierto modo, los espectadores se han convertido en protagonistas. Por diferentes vías expresan su sentir, y sufren el error de un pelotero, se alegran por quien batea un jonrón o roba una base.
Este torneo que se retoma demuestra cuánto se practica en los estadios de un municipio, cuánta entrega y sacrificio por mantener el béisbol vivo. Saúl Basallo, director técnico de La Locomotora en estos juegos, ha dejado clarA su incondicionalidad al equipo, a los muchachos, a su pueblo.
Es cierto, en Unión de Reyes se han perdido tantas cosas, tantos recuerdos, pero la pasión por el béisbol, nuestro deporte nacional, eso nadie podrá arrancarlo.
El torneo ha demostrado que certámenes como estos deben realizarse con periodicidad. A los encargados del evento en cada lugar corresponde, junto con los implicados, buscar la estrategia de garantizar anualmente la continuidad del evento.
Escribir de pelota….un reto que pone a prueba la integralidad de los periodistas. Tal vez algún día pueda narrar un juego con la misma persona que me inculcó el amor por el deporte nacional. (ALH)