Tu pelo blanco demuestra tanta sabiduría. Ya tu vista no es la misma que la de años precedentes y tus oídos escuchan tan lejos que debo hablar fuerte para que puedas comprender la intención de mis palabras.
Tus incógnitas no puedo responderlas con los gestos. Debo hablarte claro y bien de cerca.Tal parece que el tiempo retrocedió. Recuerdo cuando niña, debías repetirme una y otra vez las palabras para comprenderlas mejor.
Como a nadie me conoces. Con solo escuchar mi voz y mirarme a los ojos, sabes que mal me aqueja. Y es que todavía crees que soy una niña y tal vez no te has dado cuanta de cuánto he crecido.
Abuela es de las que lo pregunta todo y llama para saber como ha estado el día de trabajo y para preguntar si falta mucho para que regrese a la casa. Al pendiente de todo está y a diario deja impregnadas enseñanzas para ser cada día mejor, educada y una mujer de bien.
Abuela aconseja, mima y regaña. Y cuando intento equivocarme o cree que cometo algún error me recuerda que nadie escarmienta por cabeza ajena y los golpes me hacen más fuertes.
Contigo aprendí que no se necesitan tener los mismos lazos consanguíneos para se familia, a lavarme las manos cuando llego del trabajo, a limpiar como se debe, a tener decisión propia y a realizar las labores de la casa en las mañanas.
La mente ejercitas para no padecer demencia, aunque en muchas ocasiones sueles llamarme por el primer nombre que recuerdas. No importa cuantas veces tenga que repetirte el mismo nombre o servirte de guía, bañarte, perfumarte y pintarte los labios como prefieres después de ducharte.
Tus manos arrugadas y deformes por la artritis y la artrosis que padeces, no impide que cocines las comidas y postres con ese sabor exquisito, sin embargo tienes que esforzarte muchísimo por los dolores que padeces.
Abuela Fefa insiste en que aprenda a cocinar. Mi respuesta ante su afirmación, -nunca resulta tarde para aprender.
Los años no pasan en vano y demuestran su experiencia. Para mí representa una suerte tenerla y a pesar de los años que se proponga nuevas metas.
Sigues siendo Fefa, con la sonrisa tierna, alegre, comprensiva y amorosa.
Por ello agradezco la paciencia, ternura y comprensión en los tiempos actuales de esta juventud que para nada se parece a la tuya.
Los abuelos son una parte importante en nuestras vidas. La huellas que cimentan resultan imborrables para sus descendientes. Por eso, cualquier fecha puede constituir un motivo para demostrarle lo importante que resultan para la vida de los nietos y su familia.