No soporto la idea de desaprovechar el tiempo; de ahí que me moleste tanto cuando nos obligan a esperar, sacrificando parte de esos minutos que tenemos para dedicar a otras cuestiones.
Sucede muy a menudo. Por ejemplo, puedes permanecer media hora en una tienda porque quienes laboran ahí consideran que hay demasiadas personas en el interior, aunque veas que no es así.
Igual tienes que esperar por el final de una larga conversación para ser atendido en un centro de prestación de servicios y hasta por la llegada tardía de sus empleados.
Y qué decir de algunas reuniones que al no estar bien organizadas se extienden de manera indefinida.
Quienes nos hacen esperar no se percatan, al parecer, de que el tiempo pasa, o peor, no lo valoran. Olvidan que este nunca marcha hacia atrás, va siempre adelante.
Aprovechar al máximo cada jornada, siendo más productivos en todos los aspectos de la vida, ha sido, incluso, objeto de múltiples estudios.
Los expertos hasta nos brindan consejos de cómo lograr una mejor planificación del mismo. Así, pues, nos instan a organizar nuestras actividades.
También sugieren identificar aquellas tareas que desperdician tiempo, aprendiendo a evitar distracciones; así como ajustar el horario en función de nuestros niveles de energía para obtener mejores rendimientos.
En fin que el tiempo es oro, como dicen unos; e implacable, como alegan otros. Y si alguien lo duda, entonces les propongo ver cuánto vale cada una de esas magnitudes físicas que separan a un acontecimiento de otro:
- Para entender el valor de un año, pregúntale a algún estudiante que repitió curso…
- Para entender el valor de un mes, pregúntale a una madre que alumbró a un bebé prematuro…
- Para entender el valor de una semana, pregúntale al editor de un semanario…
- Para entender el valor de una hora, pregúntales a los amantes que esperan para encontrarse…
- Para entender el valor de un minuto, pregúntale al viajero que perdió el tren…
- Para entender el valor de un segundo, pregúntale a una persona que estuvo a punto de tener un accidente…
- Para entender el valor de una milésima de segundo, pregúntale al deportista que ganó una medalla de plata en las olimpiadas…
Atesoremos cada momento de nuestras vidas. No hagamos esperar a otros porque, sencillamente, el tiempo no espera por nadie. (ALH)