No se puede tapar el sol con un dedo. El peso de las dificultades que abruman a la familia cubana por momentos desespera.
La tardanza de los productos de la canasta básica, la falta de medicamentos, o el “oportuno apagón” a la hora de encender la cocina sin otra opción en casa, forman parte de la rutina diaria de muchos cubanos.
Si cualquiera de estos problemas nos sorprende luego de una agotadora caminata desde el trabajo por la tardanza del transporte público, o a mitad de mes no hemos cobrado porque el cajero no dispone de efectivo, entonces la cosa arde.
Solo algunos ejemplos bastan cuando todos o casi todos hemos vivido, una y otra vez, momentos semejantes.
Cualquiera de estos conflictos se exacerba cuando no somos atendidos oportunamente por el funcionario público, o cuando tropezamos con el vendedor abusivo, el chofer indolente, o el profesional que nos presta el servicio solo después de ser “estimulado”.
Esas actitudes condenables y los errores propios cometidos durante el bregar en busca de alternativas y soluciones a nuestros problemas exigen respuestas que muchas veces solo serán encontradas con la participación de todos. Sin olvidar que cuanto nos proponemos lo hacemos en medio de una crisis económica que rebasa la geografía nacional y un bloqueo imperialista que algunos pretenden desconocer, pero que está ahí, obstaculizando minuto a minuto, muchos de nuestros mejores esfuerzos.
Hace apenas dos semanas, durante las conclusiones del VIII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, su Primer Secretario Miguel Díaz-Canel Bermúdez, señaló: “Los tiempos no son de autocomplacencias, ni de inercias que no sepamos romper. Nuestro pueblo reclama resultados, y a ese pueblo nos debemos”.
Para ello se adoptan importantes medidas. Fíjese bien, medidas socialistas que nada tienen que ver con terapias de choque, propias de políticas neoliberales que rescatan las economías de los más poderosos a costa de las mayorías desposeídas.
Por eso para nosotros es más difícil, porque se trata de salir afuera con todos y no con unos cuantos privilegiados.
Entre las medidas adoptadas también son importantes las que impongan el orden y el control en el cumplimiento de cuanto nos propongamos. No es posible la adopción de medidas y regulaciones que procuran mejorar las condiciones de vida del pueblo y que algunos indolentes y abusadores especulen o malversen el resultado del esfuerzo colectivo. Al respecto el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Díaz-Canel Bermúdez, durante las conclusiones del Tercer Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su X Legislatura señaló: “El enfrentamiento será contra el descontrol, las ilegalidades, las evasiones tributarias, la especulación y el fraude, vengan de donde vengan”.
Dadas las medidas que corresponde encauzar en los colectivos de trabajadores, campesinos y en el propio barrio, es necesario aunar la voluntad y la acción de cada factor para alcanzar el éxito esperado.
Entonces sin tapar el sol con el dichoso dedo corresponde a todos enfrentar las dificultades.
Sobre las medidas en marcha y la necesaria participación de nuestro pueblo nos referiremos en próximos comentarios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *