La recepcionista, sentada detrás de un buró repleto de papeles, atiende las llamadas telefónicas y a quienes se le acercan para preguntarle algo. Fuera de eso, parece enajenada del mundo, tanto que no logra percibir la suciedad que impera a su alrededor.
Las telarañas pululan en el área de unos 25 metros cuadrados. El piso muestra a las claras que, desde hace semanas, o quizás meses, no se limpia. Los cristales, más que empañados. están sucios. A un costado, el pequeño local donde laboran los mecánicos exhibe un panorama similar.
Puede que en ese lugar no cuenten con auxiliar de limpieza, pues es de las plazas que menos remuneración reciben, pero cuando hay sentido de pertenencia se busca el modo de que la entidad exhiba su mejor aspecto. Incluso, si escasean los recursos.
Sin embargo, hoy no es difícil encontrar centros de trabajo donde a nadie le preocupa lo que pasa en su entorno; individuos a los que, como se dice en el argot popular, “todo les resbala”, empezando por los administrativos.
Son personas a las que ante cualquier observación responden con aquella frase de “esto no es mío y ya tiene nombre”. Las podemos encontrar en talleres de servicios, como el caso en cuestión, pero también en bodegas, tiendas…
Fomentar el sentido de pertenencia en el ámbito laboral, ese sentimiento de formar parte de algo, resulta esencial en el logro de los objetivos de una empresa. Y para ello debe comenzarse por crear un entorno cuidado donde los empleados desarrollen sus actividades en buenas condiciones de limpieza y salubridad.
Un trabajador comprometido sentirá como su propia casa el sitio donde labora, y ese comprometimiento depende en buena medida del jefe que lo motiva e impulsa a sentirse parte de esa organización. No obstante, si ese jefe no lo hace, cada cual tiene la posibilidad de hacerlo tan solo con mirar con amor la labor y el lugar donde trabaja.
Para Abraham Maslow, psicólogo estadounidense, uno de los requisitos necesarios para sentirnos bien con nosotros mismos es, precisamente, tener sentido de pertenencia. Y ello se revertirá también en los clientes, quienes al relacionarse con determinada entidad tendrán una mejor experiencia.
Ciertamente el sentido de pertenencia guarda relación con otros muchos aspectos, pero cuando falla algo tan básico como mostrar un ambiente agradable en el lugar donde laboramos, difícilmente se logren los restantes objetivos.
Si queremos construir una sociedad mejor, sintamos como nuestros todos los problemas que se presentan a nuestro alrededor. No nos crucemos de brazos. Solo así lo lograremos. (ALH)