Desde octubre de 2022 son frecuentes las noticias sobre el conflicto israelí–palestino. Actualmente la guerra que tiene lugar en Gaza y Cisjordania deja un aproximado de 29 mil muertos, la mayoría mujeres y niños. El ataque de Hamás es utilizado por muchos como justificación a los bombardeos de casas, hospitales y refugios. Este interminable conflicto es la consecuencia de los años de disputas entre los dos países.

En el año 1947, Europa ofreció a los judíos, para la creación de un Estado propio, la mitad de un país ya existente. Palestina fue la elegida. La resolución 181 de la ONU afirmaba que la mitad del territorio pasaba a manos de Israel. Los judíos inconformes ocuparon el 80% del país. Desde entonteces, los palestinos están condenados a marcharse o morir.

Informaciones, palabras y conceptos diferentes en medios de comunicación pueden conllevar a la duda, malas interpretaciones o incluso a la ignorancia. Muchas son las personas que desconocen los verdaderos motivos del conflicto.

Una de las certezas es que a pesar de los años los judíos quieren ver sufrir a los palestinos y quedarse con sus tierras.

La guerra no tiene justificación y nunca traerá paz. La Organización Mundial de las Naciones Unidas debe intervenir y hacer una negociación de forma diplomática y equitativa, porque si recordamos su principal función es supervisar el respeto de los derechos humanos. La violencia solo perpetúa el ciclo de odio y sufrimiento, por lo que es fundamental buscar vías de diálogo para lograr una paz duradera en la región. El conflicto no concluirá hasta que a los palestinos les otorguen el espacio que legalmente es suyo. (ALH)

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