El fuego más violento, en el departamento de Aude, en particular en las inmediaciones de su principal ciudad, Narbona, dejó de avanzar esta mañana, después de destruir desde el lunes dos mil hectáreas de árboles y provocar daños materiales.
Según declaró a la cadena BFM TV el jefe de Operaciones de Socorro de Narbona, Julien Saddier, condiciones climáticas favorables en las primeras horas de este miércoles ayudaron a frenar las llamas, las que todavía enfrentan unos 200 bomberos apoyados por equipos aéreos y terrestres.
En el Aude llegaron a estar movilizados un millar de bomberos para lidiar con el incendio, al que se atribuyen afectaciones en varias instalaciones, entre ellas viviendas.
También en el departamento de Hérault parece bajo control un fuego que inicio ayer entre las localidades de Sète y Agde, tras recorrer unas 400 hectáreas.
Las miradas se centran esta mañana en Marsella, donde sigue activo un incendio forestal que obligó a suspender el flujo de algunos trenes, proteger a ciudadanos y ordenar el confinamiento de los habitantes del distrito 16.
En el barrio L’Estaque decenas de casas fueron destruidas o sufrieron daños y la población tuvo que ser evacuada, con denuncias de algunos saqueos.
De acuerdo con autoridades, el fuego en la zona del sureño departamento de Bocas del Ródano devoró 700 hectáreas y cede en intensidad gracias a las condiciones climáticas y el esfuerzo de los bomberos.
Con la llegada del verano el país entró también en el período de riesgo de incendios, con varios departamentos que ya han pasado por el máximo nivel de alerta, el rojo, o el inmediato inferior, el naranja.
El año pasado fueron destruidas en Francia más de 11 mil hectáreas de árboles, fenómeno que crece en magnitud como consecuencia del cambio climático. (ALH)