La tragedia ocurrida en Texas, Estados Unidos, refleja hoy la insuficiencia de los sistemas de alerta temprana ante fenómenos meteorológicos, alertó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Según los últimos reportes, más de 100 personas murieron y 170 siguen desaparecidas tras inundaciones repentinas que devastaron el centro de ese territorio, donde continúan las labores de búsqueda, en especial tras una rápida crecida del río Guadalupe a niveles casi sin precedentes.

En un comunicado, la ONU advirtió sobre el aumento de la frecuencia e intensidad de esos sucesos extremos y resaltó la importancia de fortalecer la prevención y preparación ante los mismos.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) lamentó lo sucedido y abogó por garantizar alertas tempranas para todos pues “las inundaciones repentinas son uno de los peligros naturales más letales del mundo, con más de cinco mil muertes al año”.

En este caso, “uno de los problemas fue que las últimas advertencias llegaron cuando la gente estaba durmiendo y no había sirenas locales en los campamentos», indicó la OMM.

La frecuencia e intensidad de esos fenómenos están aumentando en muchas regiones debido a la urbanización acelerada, las modificaciones en el uso del suelo y el cambio climático. Una atmósfera más cálida retiene más humedad, lo que hace más seguidos los episodios de precipitaciones extremas, añadió. (ALH)

Tomado de Prensa Latina

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