El Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía se celebra cada 17 de junio. La fecha fue establecida por las Naciones Unidas para concienciar sobre estos fenómenos naturales y la lucha contra la degradación de las tierras.

El objetivo es promover la implementación de la Convención de la ONU para Combatir la Desertificación, en la cual abordan sus efectos en la seguridad alimentaria, el cambio climático y el desarrollo sostenible.

La desertificación es un proceso que afecta a muchas regiones del mundo, especialmente en áreas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Además puede tener graves consecuencias para los ecosistemas, la biodiversidad y las comunidades.

Las actividades del hombre como la deforestación, la agricultura insostenible y el uso excesivo de recursos hídricos, son factores que agravan la problemática.

La solución está en las manos de los gobiernos. Reforestar y restaurar ecosistemas degradados, conservar el agua, educar y sensibilizar a los individuos y la implementación de políticas públicas y afectivas, resultan medidas que influyen y debieran ser tomadas por todos los países del mundo.

Cada 17 de junio, se organizan diversas actividades y campañas para educar al público sobre la importancia de conservar los suelos y promover prácticas sostenibles que ayuden a combatir la desertificación.

La colaboración internacional juega un papel clave en el intercambio de conocimientos y recursos para abordar este desafío global.

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