El 24 de mayo de 1986 murió en Matanzas el historiador y promotor cultural Israel Moliner Rendón.
Israel Marcos Moliner Rendón siempre se consideró hijo del poblado de Limonar, lugar donde nació el 7 de octubre de 1909, aunque desde niño vivió en la ciudad de Matanzas. En la Atenas de Cuba se graduó de Bachiller en Ciencias y Letras en 1934, en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas. Tuvo entre sus profesores al destacado pedagogo Eduardo Meireles Brito, a quien siempre su maestro insigne.
En 1929, Israel Moliner Rendón se graduó como Tenedor de Libros en el Instituto Nacional Mercantil. Se graduó en 1940 de Licenciado en Derecho Diplomático y Doctor en Ciencias Sociales, Políticas y Económicas, en la Universidad de La Habana. En 1945 fue alumno de la escuela de Periodismo Manuel Márquez Sterling, en La Habana. Trabajó como agente vendedor entre 1929 y 1942, primero en la Librería Económica Publicaciones Contemporáneas J. González y después en la Editorial Lex. Impartió clases en la Escuela Profesional de Comercio de Matanzas entre 1940 y 1959.
Hombre de su tiempo

Israel Marcos Moliner Rendón tuvo una activa vida política. Fue secretario de la Asociación de Estudiantes del Instituto de Matanzas de 1925 a 1926 y en 1930 se integró al Directorio Estudiantil de esta institución. Participó de forma activa en la lucha contra la dictadura de Gerardo Machado, lo cual le costó prisión y condena. En 1940 militó en el Partido Unión Revolucionaria, después ingresó en el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) y más tarde se incorporó al Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). Prestó servicios en el senado de la República entre los años 1949 y 1952.
Al triunfar la revolución en 1959 se incorporó de forma activa al proceso de cambios. Fue fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias en 1960, participó en la Campaña de Alfabetización y combatió en Playa Girón. Además, ingresó en las Organización Revolucionarias Integradas (ORI).
Formó parte de numerosas asociaciones culturales de su tiempo. Tal fue el caso del Grupo Índice, del que fue fundador y quien propuso el nombre de la institución. Se desempeñó como vocal, secretario de actas y miembro de su Comisión Permanente de Historia y Bibliografía. También fue socio del Liceo de Matanzas, la Peña Literaria de Matanzas, la Asociación Amigos de la Cultura Cubana, la Prensa Aérea de Cuba y la Asociación Nacional de Profesionales Publicitarios.

También formó parte del Colegio de Doctores en Ciencias Sociales de Matanzas. Fue miembro de la Asociación Cubana de las Naciones Unidas, de la Sociedad Bibliográfica Americana, de la Asociación Cubana de Bibliotecarios y del Club Panamericano. También perteneció a la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC), la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Creó y dirigió en 1925 la revista estudiantil Don Pepe. En 1930 fundó el Boletín Bibliográfico Cubano y ocupó su dirección entre 1936 y 1940. Fue administrador de la revista Pequeñeces, creada en 1936, así como redactor de la Revista Jurídica de Matanzas en 1944. Publicó trabajos históricos y culturales en El Imparcial, Diario de Matanzas, Adelante, Anales del Grupo Índice, El Republicano y Revista Cultural. Después de 1959 fue colaboró de forma asidua con el periódico Girón. Impulsó la publicación de los Cuadernos de Historia Matancera. Fundó y dirigió la revista Museo (1960-1965).

Designado Historiador de la Ciudad de Matanzas en 1957, Israel Moliner fue el segundo intelectual matancero en ser designado en esa responsabilidad. Dentro de su legado merecen destacarse los esfuerzos que realizó para la conservación de objetos patrimoniales y lugares históricos matanceros. Ese año, el escritor Antonio Martínez Bello lo elogió como un “…culto compañero y amigo…”, además de
“…escritor de fibra, periodista y profesor de documentación amplia y personal…”.
Fue un importante promotor de la creación del Museo Provincial, primero fundado en el país tras el triunfo de la Revolución. Lo mismo sucedió con la apertura del Archivo Histórico Provincial. Fue el principal impulsor de las gestiones que propiciaron la apertura, en 1964, del Museo Farmacéutico, único de su tipo en el mundo. También favoreció la reapertura de la Librería El Pensamiento y el rescate del Castillo de San Severino.

Participó en el 13 Congreso Nacional de Historia, que se celebró en La Habana en febrero de 1960. En este evento presentó los trabajos “Evolución de la educación en Matanzas” y “San Severino, una fortaleza colonial”. En esta última ponencia defendió la significación histórica de esta fortaleza colonial matancera:
“El Castillo de San Severino, que comenzó a construirse en h ciudad de Matanzas en 1693, y no se terminó hasta 1736, obedeció a una perentoria necesidad de seguridad, debe declararse monumento nacional, cumpliendo así un acuerdo de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología, tomado hace más de diez años”.
“El miembro que suscribe interesa de este respetable Congreso, se acuerde solicitar de quien corresponda el cumplimiento de lo acordado por la citada Junta, a fin de que el Castillo de San Severino o fortaleza de San Carlos como originalmente se llamó, sea un lugar venerado por todos los cubanos, como santuario de la Patria, por todas las vidas que en sus muros se ofrendaron a la causa de la libertad”.
“Con ello el que suscribe, quiere evitar más profanaciones en ese lugar, que hace tiempo debió estar dedicado a honrar la memoria de todos los cubanos que regaron con su sangre las viejas piedras coloniales”.
“San Severino debe ser por su historia un punto de referencia cívica y un lugar de ejemplo, y si se quiere más, una lección viva de sacrificios”.
“Mostrémoslo con orgullo a las futuras generaciones; que deje de ser lo que hoy es, para que sea lo que debe: Monumento Nacional”.
La obra fecunda
Entre 1969-1974 se desempeñó como divulgador del Instituto Cubano del Libro en la Delegación Matanzas. De 1975 a 1977 dirigió la Librería El Pensamiento, al tiempo que se desempeñó como Inspector Provincial de la Empresa del Libro. Ocupó la presidencia de la Comisión de Monumentos y Activistas en la Sección de Historia del Comité Provincial de PCC.
La labor cultural y científica que desarrolló Israel Moliner Rendón fue reconocida en variadas ocasiones. En 1956 la Sociedad La Unión le otorgó el Premio al Mérito y dos años después alcanzó el Premio Francisco Díaz Vega. Fue por dos oportunidades Gran Diploma de Honor en el Concurso Permanente del Libro Americano. También recibió el Diploma de Honor del Ayuntamiento de Guamacaro, Limonar. También la Universidad de Guadalajara, México, le rindió homenaje. Fue condecorado con la Distinción Raúl Gómez García, la Medalla 28 de Septiembre y la Orden Nacional Frank País.
La inmensa mayoría de la obra publicada por Israel Moliner Rendón la dedicó a la historia de Matanzas. Pueden citarse ¿Es centenaria la Biblioteca Pública de Matanzas? (1935) y el Índice bio-bibliográfico de Bonifacio Byrne (1943). También la compilación Dos poesías de Eduardo Meireles (1945) y Emilio Blanchet, biografía de un erudito (1946). Acerca de sitios históricos matanceros dio a conocer Historia del monumento a José Martí (1945, segunda edición en 1953); Monumentos a Juan Gualberto Gómez, ciudadano ilustre (1954), Lápida de Enrique Lluria y Despau, un preocupado social (1954), Sauto. Historia de un teatro (1959), Historia del Palmar de Junco (1960) y Museo Farmacéutico: Índice histórico (1964, segunda edición en 1968).

Además, publicó Historia del Colegio de Abogados de Matanzas (1952), Índice cronológico de la prensa en Matanzas (1955), Ño Carlo El negro viejo de Byrne (1956) y La imprenta en Matanzas (1964). De temática más general fueron Índice cronológico de la cultura cubana (1931), Los Clubes Revolucionarios (1934), Diego Vicente Tejera: el poeta, sus viajes y sus críticos (1946) y Trabajo social de las Escuelas de Comercio (1953).

Israel Moliner Rendón murió en Matanzas el 24 de mayo de 1986, pero su obra como historiador y promotor cultural es recordada de forma permanente. El Centro de Información del Museo Provincial Palacio de Junco atesora un fondo documental que lleva su nombre. En la Casa de la Memoria Escénica funciona el Centro de Documentación e Investigaciones de las Artes Escénicas Israel Moliner Rendón. El Centro Provincial Casas de Cultura de Matanzas celebra, de forma periódica, el Encuentro Científico Israel Moliner Rendón.