La pedofilia ha sido abordada en varios espacios televisivos durante los últimos tiempos.
La serie Calendario y más reciente Los gatos, las máscaras y las sombras, transmitidas los domingos por Cubavisión, pusieron sobre el tapete un tema tan sensible.
Ahora lo vuelve a tocar la telenovela Sábados de Gloria, con la actuación magistral del actor Osvaldo Rojas, quien encarna el personaje de Manolo.
Para los que no ven este espacio, se trata de un anciano intrigante y repulsivo que lleva consigo un historial de abusos sexuales hacia las niñas.
Con dicha trama se busca alertar a las familias sobre un asunto que puede, incluso, estar oculto y que afecta sobremanera a aquellos menores que han sido víctimas de tal práctica.
Así, observamos en la telenovela cómo estas tres mujeres de mediana edad no han logrado superar las situaciones que vivieron en relación con ese despreciable sujeto cuando eran apenas una niñas.
Manolo para lograrlo aprovechó su parentesco familiar con una de ellas y usó, además, su oficio de fotógrafo para establecer una relación de confianza.
Y es que así actúan los pedófilos: crean una conexión con sus víctimas e, incluso, con los adultos que están alrededor de estas, para ganárselos y comenzar el abuso.
Luego las hacen prometer guardar el secreto o hasta las amenazan si lo cuentan.
De ser acusados lo niegan con firmeza al punto de generar dudas sobre si el menor dice o no la verdad.
Aunque ya en Manolo se observan los primeros indicios de esta conducta, esperemos a ver qué sucede al final.
Aunque la pedofilia no es un nuevo trastorno de la personalidad, todo parece indicar que cada vez son más frecuentes las noticias relacionadas con abusos sexuales infantiles, lo que se incrementa por el empleo de las redes sociales.
De ahí que el llamado a los padres también sea a tener el control del uso que hacen los menores de la casa de las modernas tecnologías de la comunicación.
Hay algunas señales que pueden alertar sobre las intenciones de los abusadores, a lo que los científicos llaman grooming.
Se incluyen la entrega de regalos, los paseos especiales, una atención individualizada y la permisibilidad de hacer cosas que normalmente tienen prohibidas.
Comoquiera que el pedófilo puede ser un miembro de la familia, lo mejor es estar atentos a cualquier indicio, así como a los cambios en la personalidad de los hijos.
Estos últimos, por ejemplo, pueden mostrarse desinteresados o retraídos en su vida cotidiana.
También es muy importante reportar el abuso porque de no ser así se seguirá repitiendo, como podemos ver en Sábados de Gloria.
Denunciar a esos individuos es el único modo de que nuestros niños estén protegidos. (ALH)