El inicio de la “Guerra Necesaria,” celosamente organizada por José Martí, tuvo en Matanzas episodios  memorables frustrados por el infortunio y la  jornada del 24 de febrero de 1895, de la que hoy se cumplen 130 años.

La guerra, concebida para conquistar la independencia de Cuba frente al  colonialismo español y contribuir a la de Puerto Rico, requería del levantamiento unísono de las armas cubanas en distintas localidades del país como establecía la orden de alzamiento. Diferentes causas limitaron su éxito a la zona oriental de Cuba. En Matanzas, donde un grupo de valerosos hombres se alzaron con Juan Gualberto Gómez y López Coloma, en la finca La Ignacia en las proximidades de Ibarra y con Martín Marrero, en Palmar Bonito, cerca de Jagüey Grande, el intento de levantamiento fue finalmente malogrado.

Los preparativos del alzamiento  realizados con inmenso sacrificio para acopiar los pertrechos necesarios y aunar las voluntades de sus principales jefes habían sufrido numerosos contratiempos. La ocupación por las autoridades estadounidenses de 3 barcos surtos en el puerto de La Fernandina con buen cargamento de armas y hombres, privaba al movimiento independentista de cuantiosos recursos y ponía sobre aviso al gobierno colonial español.  

El incidente ocurrido el 10 de enero del propio año, lejos de aplazar el inicio de la guerra, avivó la decisión de los cubanos de embarcar a la isla para librar la decisiva batalla por la libertad.

La orden de  alzamiento firmada el 29 de enero por el Delegado del Partido Revolucionario Cubano (PRC) José Martí,  el General Mayía Rodríguez, a nombre del generalísimo Máximo Gómez y Enrique Collazo, en representación de la Junta Revolucionaria de Cuba, llegó a manos de Juan Gualberto Gómez, delegado del PRC en la isla.

El mensaje trasmitido a los distintos grupos revolucionarios de Cuba convocaba el alzamiento para el 24 de febrero. Llegada la fecha  solo fueron concretados los alzamientos de las actuales provincias de Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo y Matanzas, aunque en esta última el levantamiento fue aniquilado en pocos días.   

En Matanzas se había trabajado previamente con tesón y decisión independentistas. Seguramente los matanceros estuvieran entre los primeros en participar de la organización de las fuerzas revolucionarias para la nueva gesta libertadora. Diversas acciones clandestinas dan cuenta del febril ajetreo independentista acrecentado en el territorio. 

El 17 de febrero de 1895, a solo una semana de la fecha señalada, los matanceros Antonio López Coloma, Juan Gualberto Gómez, Martín Marrero, los hermanos Acevedo y Joaquín Acevedo, reunidos en la Junta Revolucionaria de La Habana, reafirmaron la fecha del alzamiento. Durante la reunión acordaron además que desde el día 20 todos los jefes de la acción debían ocultarse para evitar cualquier intervención enemiga.

Algunos incumplieron dicho acuerdo y fueron capturados en sus propios domicilios, malogrando la acción revolucionaria. Julio Sanguily, entre los detenidos, denota con su actuación la actitud traicionera asumida ante el compromiso patrio.

Como consecuencia de aquellos actos, la captura de Manuel Sanguily, jefe militar del alzamiento, la no llegada al lugar convenido del responsable del alzamiento en Matanzas, Pedro Betancourt y el asesinato en las cercanías de Ceiba Mocha de Manuel García Ponce, cuando se dirigía a Ibarra, las acciones en Matanzas quedaron desprovistas de la fuerza prevista y las necesarias ordenes militares.

En La Ignacia, el grupo encabezado por Juan Gualberto Gómez y Antonio López Coloma, solo disponía de 16 hombres finalmente capturados por las fuerzas españolas, superiores en hombres y pertrechos. Como resultado de la acción López Coloma fue fusilado por las armas españolas y Juan Gualberto Gómez, deportado a la prisión española de Ceuta.

En Palmar Bonito a unos 8 kilómetros de Jagüey Grande, las tropas encabezadas por el médico Martín Marrero, llegaron a reunir unos 40 hombres. El día 26 de febrero 4 hombres enviados por Marrero a explorar la zona para contactar con otro grupo que debía sumarse, chocaron con tropas enemigas.

La pequeña avanzada mambisa efectuó algunos disparos contra las  fuerzas enemigas y corrió a avisar del avistamiento. Alistado el pequeño grupo mambí enfrentó las tropas enemigas. Ambas partes abrieron fuego y sostuvieron un breve combate hasta la retirada de las fuerzas enemigas. La acción se inscribe como el primer combate sostenido por las armas mambisas en el occidente cubano durante la Guerra Necesaria.

Al día siguiente las fuerzas de Martín Marrero se internaron en la Ciénaga de Zapata en espera de orientaciones que nunca fueron recibidas.

Con el auge de la guerra en la zona oriental y la invasión de Gómez y Maceo al occidente del país el territorio matancero fue testigo de nuevas acciones y combates. Fracasada la guerra por la intervención oportunista de los Estados Unidos, el pueblo cubano no alcanzó su definitiva independencia hasta el primero de enero de 1959 pero el ejemplo, el coraje y la irrevocable decisión de librarse del  yugo opresor, alcanzados durante la guerra necesaria convocada por el Apóstol, le ganaron un glorioso lugar en la historia patria. (LLOLL)

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