El número de conflictos armados en los que se vieron involucrados varios Estados ascendió a 59 en el último año, en un mundo que vive hoy la mayor cifra de estos, desde que empezaron a contabilizarse, en 1946.

Un estudio del Programa de Datos sobre Conflictos (UCDP), de la Universidad de Uppsala, en Suecia, indica otros picos anteriores en 2020 y 2022, cada uno con 56 contiendas bélicas.

Según esa pesquisa, reseñada por Prensa Latina, la definición de guerra concibe un conflicto que resulta en al menos mil muertes en un año. Señala, además, que 2023 fue uno de los años más sangrientos, desde que la UCDP comenzó a recopilar datos sobre muertes en conflictos, con 154 000 víctimas mortales involucradas en eventos militares.

Hubo nueve guerras el pasado año, una más que el anterior, y la cifra más alta desde 2017. Puntualizó el estudio que la mayoría de estos conflictos ocurren en África, y recalca sobre las afectaciones de la guerra civil en Sudán, considerada la más mortífera de 2023, después de las de Ucrania y la de Israel, en Palestina.

Alerta de las consecuencias drásticas para los civiles y que miles de personas fueron víctimas de este tipo de violencia.

Por noveno año consecutivo, el Estado Islámico, también conocido como Daesh, activo en 16 países, fue el grupo que mató a más civiles en violencia unilateral.

Agregó que la violencia entre bandas ganó terreno en países como Francia y la misma Suecia.

Reveló que la mayoría de los conflictos no estatales tienen lugar en América Latina, de los cuales los más sangrientos se han producido en México y Brasil, asociados a la violencia en las ciudades y a las rutas del narcotráfico. (ALH)

Tomado de Granma

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