El expresidente Fernando Collor de Mello fue condenado a ocho años y diez meses de privación de libertad por el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, por los delitos de corrupción y lavado de dinero en un proceso vinculado al caso Lava Jato.
Entre 2010 y 2014, Collor de Mello recibió 20 millones de reales (4 millones de dólares, al cambio actual) mientras se desempeñaba como senador, para «viabilizar irregularmente contratos» entre una constructora y una exfilial de Petrobras.
Tras una votación condenatoria de ocho votos contra dos, la presidenta del STF, Rosa Weber, anunció que «la pena total queda fijada en ocho años y diez meses» y el juez relator, Edson Fachin, destacó que los «gravísimos» y «comprobados» hechos «retratan el nefasto uso indebido de funciones públicas».
Fachin remarcó que «el entonces senador se valió de la influencia político-partidaria para promover nombramientos en el directorio de (la filial de Petrobras) BR Distribuidora y crear facilidades para el establecimiento de contratos«, ahondó el magistrado.
Aunque la defensa del exmandatario niega todas las acusaciones, existen pruebas fehacientes de que la operación de blanqueo de dinero fue realizada mediante alrededor de 40 depósitos en cuentas a nombre de Collor y en 65 cuentas de empresas de su propiedad.