China subrayó este lunes su oposición a las tácticas de intimidación unilateral y afirmó que la práctica estadounidense de detener arbitrariamente buques de otras naciones constituye una grave violación del derecho internacional.
El portavoz de la Cancillería Lin Jian se refirió de esta forma a la incautación por Washington de otro buque de petróleo de Venezuela cerca de las costas del país sudamericano.
“China se ha opuesto sistemáticamente a las sanciones unilaterales ilegales que carecen de base jurídica en el derecho internacional y no han sido autorizadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, afirmó.
Lin rechazó nuevamente cualquier acción que contravenga los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, que infrinja la soberanía y la seguridad de otros Estados.
Lin Jian, portavoz de la Cancillería del gigante asiático. Foto: Prensa Latina.
“Venezuela tiene derecho a desarrollar de forma independiente una cooperación mutuamente beneficiosa con otras naciones”, afirmó.
Asimismo, expresó su confianza en que la comunidad internacional “comprenda y apoye la postura de Venezuela en la defensa de sus derechos e intereses legítimos”.
El pasado 10 de diciembre, el presidente estadounidense Donald Trump dijo que ordenaría el “bloqueo total y completo” de todos los petroleros que entren o salgan de Venezuela, lo que forma parte de la máxima presión contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Caracas calificó el bloqueo como una amenaza grotesca y una violación del derecho internacional, acusando a la administración norteña de pretender “apropiarse del petróleo, la tierra y los minerales del país a través de gigantescas campañas de mentiras y manipulaciones”.
Trump reiteró esta semana que no descarta la operación militar contra objetivos terrestres en Venezuela y en una entrevista publicada por Politico, expresó en palabras amenazantes sobre su par venezolano que: “Sus días están contados”.
En áreas del Caribe, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos reunieron en los últimos meses más de una docena de buques de guerra, el portaaviones más grande del mundo y unos 15 mil soldados como parte de lo que el Pentágono llamó “Operación Lanza del Sur”.
De acuerdo con los observadores, este es el mayor despliegue estadounidense en la región en décadas, y constituye una amenaza directa contra Venezuela, actual blanco de la agresiva política exterior del republicano.
