Si bien el verano es sinónimo de sosiego –en especial para los adolescentes y jóvenes–, y lo ideal es permanecer saludables durante todo el año, en esta etapa aumentan los riesgos de enfermedades transmitidas por alimentos.
Igual aparecen síntomas de agotamiento, dadas las altas temperaturas. ¿Qué hacer entonces para preservar el cuerpo sano?
Aunque, por lo general, los chicos no se preocupan por ello y hasta suelen darse “atracones de comida”, en dicho período valdría la pena tener presentes las sugerencias ofrecidas por los especialistas, sobre todo aquellas relacionadas con la nutrición.
En tal sentido se recomienda beber abundante agua: un promedio de dos litros, repartidos a lo largo del día. No obstante, deberá observarse la calidad de la misma, pues, su contaminación también deviene riesgo durante este lapso.
Vale, asimismo, aumentar el consumo de otros líquidos, aunque no conviene tomarlos excesivamente fríos para no dañar el sistema digestivo.
Teniendo en cuenta que en Cuba, la mayoría de los brotes y casos de padecimientos de esa índole se asocian a productos en salsa –mantenidos más de dos horas a temperatura ambiente luego de su elaboración–, los facultativos proponen evitarlos o reducirlos.
Similar opción aconsejan para aquellos muy condimentados. Este dato adquiere una importancia singular, pues, no pocas familias optan por llevar a la playa u otros sitios los alimentos procesados, sin percatarse de la acción que sobre ellos ejerce el intenso calor.
También es sabido que después de un prolongado estacionamiento en dichos lugares, los jóvenes no las piensan dos veces para embutirse con lo que aparezca. Sin embargo, no comer de manera copiosa figura entre los consejos.
Es preferible aumentar el número de veces y disminuir el volumen. Las frutas aparecen como una magnífica elección para aplacar el hambre, especialmente aquellas más acuosas.
Se suman, por supuesto, las verduras y los vegetales de formas proporcionadas y bien preparadas. Además de los cambios en los hábitos nutricionales, para contrarrestar el agotamiento físico se indica usar ropa ligera y de color claro y reducir las actividades físicas en horarios de altas temperaturas.
La protección solar es fundamental. Por supuesto, que todo ello está ligado a las medidas higiénico-sanitarias que no pueden omitirse, como lavarse las manos constantemente y no compartir los vasos y utensilios.
Oportuno resulta, entonces, reflexionar sobre lo que debemos hacer para disfrutar estos meses con salud. Actuar de manera responsable nos permitirá deleitarnos de lo lindo junto a toda la familia. (ALH)