Cuba posee una larga y hermosa tradición relacionada con la ciencia y la tecnología. El desarrollo del potencial científico ha sido parte importante de esa historia, como resultado de la obra de la Revolución, al poner la ciencia en función de los intereses de la nación.
Desde 1959 se concibió que las bases del futuro estarían en el talento humano formado en universidades y centros de investigación. Acontecimientos como la Campaña de Alfabetización, la Reforma Universitaria, la refundación de la Academia de Ciencias de Cuba, la fundación de universidades y nuevos centros de investigación, así como la formación de profesionales en el país y en el extranjero, posibilitó el acceso y llegada a Cuba de importantes avances científicos y tecnológicos en todas las esferas del quehacer económico y social.
El potencial científico-tecnológico existente en el país es una fortaleza que debe ser aprovechada en función de superar las actuales limitaciones económicas y aspirar a una sociedad próspera y sostenible. En este sentido, el plan nacional de desarrollo económico social hasta el 2030 resalta la importancia del potencial humano, la ciencia, la tecnología y la innovación, como vías para lograrlo.
No obstante, producto del contexto mundial, las afectaciones del bloqueo contra Cuba y errores en la aplicación de determinadas políticas, se evidencia un decrecimiento del potencial científico, que amenaza con ser crítico en determinadas áreas del conocimiento. Se constata, al mismo tiempo, un envejecimiento en la masa de investigadores y su insuficiente sustitución por los más jóvenes, la migración de personal calificado y la insuficiente formación de doctores, sobre todo en ramas que tienen impacto directo en la economía.
El potencial científico matancero
Para Matanzas es de especial importancia aprovechar el potencial científico que posee, como un factor de primer orden en su desarrollo integral. De acuerdo al Anuario Estadístico Matanzas 2023, existe un total de 4 148 trabajadores físicos en la actividad de ciencia y tecnología, la mayoría dedicados a tareas directas de investigación. Se cuenta con cinco Entidades de Ciencia, Tecnología e Innovación (ECTI) propias y otras siete que pertenecen a centros de investigación nacional. Además, existen ocho Entidades Innovadoras (EI) y otras, en igual número, que tienen implementado su Sistema de Gestión de la Innovación (ESGI).
La provincia tiene constituido el Consejo Técnico Asesor Provincial, el Polo Científico Productivo, el Consejo Interinstitucional Provincial de Ciencia, Tecnología e Innovación y la Filial de la Academia de Ciencias de Cuba. Existen, además, siete frentes científicos tecnológicos, entre los cuales sobresalen el del Turismo y el Biomédico. Se cuenta, como otras fortalezas, con varias revistas dedicada a la ciencia, asociaciones científicas, las Brigadas Técnicas Juveniles y la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores.
El reto para el 2024
La provincia de Matanzas no está exenta de las problemáticas que afectan el potencial científico nacional. Con el ánimo de superarlas, la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), se propone, de conjunto con las instituciones universitarias y el gobierno a todos los niveles, un conjunto de acciones para este año 2024. Entre ellas sobresalen: fortalecer la gestión de la ciencia desde el municipio, elevar la calidad en la formación inicial y permanente del potencial científico y aumentar el número de investigadores y tecnólogos categorizados. Se precisa, igualmente, atender de forma especial la reserva científica e incrementar el número de doctores en ciencias en sectores priorizados, entre otras.
Se impone, por tanto, la necesidad de aprovechar la inteligencia colectiva, el pensamiento innovador y la creatividad. El potencial científico existente en nuestra provincia es un factor, necesario e imprescindible, para su desarrollo. (ALH)