
Igual que en los últimos años, la relevante etapa se aloja, quizás, en uno los contextos más complejos de su historia, tanto por factores externos como los de casa.
Como siempre digo, el turismo es víctima preferida de la guerra económica, comercial y financiera, medidas fabricadas en los Estados Unidos que todos los días le quitan clientes, por citar una de las consecuencias.
Con esos y otros demonios lidia el sector para ir poco a poco recuperándose luego del descenso en las llegadas iniciado con la pandemia de la Covid-19, ofrecer un destino competitivo y sacar el máximo provecho posible a este período.
Honrar el propósito no es camino fácil. Y es que justamente de muchos poquitos depende la industria turística para respaldar sus prestaciones, hacerlas eficientes y encantar a quienes escogen a Matanzas como plaza de ocio.
Una sábana tardía, una guagua que falle, suministros a destiempo o cualquier apoyatura irregular de las llamadas entidades de apoyo, complicaría los procesos, fundamentalmente en los hoteles, allí donde mejor se concreta el hecho turístico.
Sin embargo, un actor imprescindible que no acaba de rodar bien es Transmetro, encargado de la transportación desde Cárdenas y Matanzas hacia y desde Varadero de una fuerza laboral que en alza turística sobrepasa las 18 mil personas.
El servicio del transportista sigue clasificando como la principal queja de directivos y trabajadores de Varadero, y figuró como la inconformidad número uno en el proceso orgánico de la Tercera Conferencia Nacional del Sindicato de Trabajadores de la Hotelería y el Turismo.

Aunque reuniones van y vienen, evidencia de que el asunto se atiende con la debida prioridad, aún no asoma una solución definitiva. Ahora mismo problemas asociados al combustible frenan a Transmetro, aunque ese inconveniente objetivo tuviera una repercusión menor si apelaran a la organización como recurso aliado en las unidades empresariales de base en Cárdenas y Matanzas. Eso, al parecer, no sucede.
Ese choque entre un tercero incapaz de responder a sus obligaciones y clientes insatisfechos, sin ser trasladados oportunamente, repercute en la dinámica de los servicios, cuando no llegan o se demoran en hacerlo los sustitutos de dependientes, camareras, piscineros…, un verdadero quebradero de cabeza.
La incertidumbre por la guagua que no pasa, lo hace tarde, o no recoge aunque vaya con disponibilidad, no solo provoca el estrés lógico de esa espera, sino que obliga a no pocos trabajadores a erogar altas sumas de dinero para viajar en transportes privados de ida o de regreso.
La excelente preparación de la temporada de alza turística 2025-2026 debe corresponderse con un desempeño de altura de prestatarios clave como Transmetro. Si la entidad no puede asumir su rol, pues las instalaciones turísticas deberían usar sus facultades para contratar los servicios de otros transportistas.
Y digo esto a sabiendas de las vicisitudes de los choferes para reparar por ellos mismos los ómnibus, de la carencia de baterías, neumáticos, de alternativas buscadas en las propias Ueb de Cárdenas y de Matanzas. Nada, sin embargo, funciona.
En tiempos de crisis como la afrontada por Transmetro, atribuidas o no al transportista como el combustible, habría que acudir a todo lo que en término subjetivo pudiera aliviar. Una solución podría ser la ubicación de su personal en paradas de alta concentración, para facilitar, monitorear, controlar la llegada y salida de las guaguas, gestión asumida por no pocos directivos, trabajadores y dirigentes sindicales del turismo, que se la pasan llamando a los puestos de mando.

Para que calidad, ingresos y eficiencia se alojen bien en Varadero, Transmetro necesita dejar de poncharse en la carretera del servicio que le toca prestar.
Buscar una solución definitiva a la transportación hacia y desde Varadero , es esencial como garantía del turismo competitivo solicitado a una industria que tiene en los trabajadores un atributo imprescindible, y necesita resolver sus entuertos para ingresar a las arcas del Estado las divisas que se necesitan.
Juanita Perdomo/ Trabajadores
