Por Aurora López Herrera 
Nuevamente cenizas en mi casa grande, y nuevamente la incertidumbre, el dolor, la ansiedad y la súplica de que todo acabe.
Versalles se acerca a la mente y el corazón, nos aproxima a la desgracia, y junto a la foto de los trabajadores en duelo está mi imagen, la invisible, la que nunca se verá, tal como la de los miles de matanceros que aguardan callados en sus hogares.
La desgracia es mucha, es tanta que nos unimos y somos familia, somos hermanos, o padres, o hijos. Más que nunca, más que siempre, esa Matanzas que somos se rebela ante el infortunio, y entre lágrimas crece.
Foto: Julio César García
Muy triste