Hace 75 falleció el eminente escritor y profesor matancero Salvador Salazar y Roig.

Nacido en la ciudad de Colón, el 30 de junio de 1892, Salvador Salazar y Roig fue una figura muy destacada entre la intelectualidad cubana de la primera mitad del siglo XX. Sobresalió como profesor universitario de materias relacionadas con las ciencias humanísticas, así como por una activa participación en asociaciones e instituciones culturales. Al morir, a los 58 años, poseía un sólido prestigio como escritor y conferencista.

Vida de un humanista

La vida de Salvador Salazar y Roig aún no se ha investigado como merece. No existen referencias sobre sus primeros estudios, ni en qué fecha pasó a residir en la capital cubana. Se conoce que cursó el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. También es sabido que desde muy temprano comenzó a dar muestras de una aventajada inteligencia y de una inclinación hacia los estudios relacionados con la literatura y el arte.

En el curso 1906-1907, Salvador Salazar y Roig alcanzó un premio en los concursos de oposición realizados entre los alumnos del Instituto habanero. Lo hizo en la asignatura de Historia Universal, donde disertó acerca de Los héroes, obra del escritor inglés Thomas Carlyle. Además, también fue premiado en Aritmética y Álgebra con una disertación sobre el libro Álgebra simplificada, de Rouvier. En total, ganó 12 premios durante los estudios para obtener el título de Bachiller en Artes.

Salvador Salazar y Roig en 1914. Archivo del autor.

Después matriculó en la Universidad de La Habana, donde se graduó de Doctor en Derecho Público en 1913, en Derecho Civil en 1914, y en Filosofía y Letras el mismo año. Como estudiante de la Escuela de Derecho Público, Salvador Salazar y Roig ganó en el curso 1912-1913 los premios de las asignaturas Derecho Internacional Público, Derecho Administrativo y Hacienda Pública. Hay que destacar que durante la etapa de estudiante universitario ganó todas las matrículas de honor a las que se postuló.

Salvador Salazar y Roig en 1917. Archivo del autor.

Apenas graduado, Salvador Salazar y Roig se incorporó al claustro de la Universidad de La Habana. El 31 de mayo de 1915 tomó posesión como Profesor Auxiliar interino de la Escuela de Letras y Filosofía. Dos años más tarde, el 24 de diciembre de 1917 se le nombró Profesor Auxiliar del Grupo de Historia y Ciencias Filosóficas de la Escuela de Letras y Filosofía. En 1923 ganó, en unos reñidos ejercicios de oposición, la cátedra de Historia de la Literatura Española y Literaturas Modernas Extranjeras (inglesa, francesa y alemana). Llegó a ser secretario de la Facultad de Letras y Ciencias.

Salvador Salazar y Roig en una caricatura de Esteban Valderrama en 1927. Archivo del autor.

Fue profesor invitado en instituciones culturales españolas y en universidades norteamericanas, donde pronunció discursos y conferencias. Visitó Estados Unidos y a Europa en 1924. Fue encarcelado tras haber redactado en 1930 el manifiesto del claustro universitario contra el gobierno del dictador Gerardo Machado. Esta actitud cívica lo enalteció para siempre ante sus discípulos.

Obra de ciencia y humanismo

La obra de Salvador Salazar y Roig se caracterizó por un alto rigor científico y un elevado sentido humano. Heredero de la tradición humanista de la cultura cubana, recibió la influencia de Raimundo Cabrera, quien ejerció paternal influencia sobre él , y después del sabio Carlos de la Torre, que le apoyó en sus inicios como profesor universitario. En 1914, la revista Cuba y América lo elogió como un

“…joven de mucho talento y de grandes promesas por su laboriosidad…”.

Salvador Salazar y Roig sobresalió como conferencista, lo que convirtió en una de las facetas más prominentes de su labor intelectual. Fue el medio fundamental que utilizó para divulgar conocimientos históricos y literarios en múltiples oportunidades.

Impartió varias conferencias en el programa radial de la Universidad del Aire, que dirigió Jorge Mañach. Estas fueron “El Siglo de Oro español” y “El Siglo de Oro francés”, como parte del curso inicial de 1933, titulado Evolución de la Cultura. Salvador Salazar y Roig también disertó sobre “Literatura pura y literatura social”, “Nuevas tendencias de la novela” y “El ensayo y la crítica”, en el curso Civilización contemporánea, del propio año.

Portada de la conferencia El clasicismo en Cuba (1913). Archivo del autor.

Fue un conferencista habitual en instituciones cubanas. Entre las conferencias más conocidas de su autoría están El clasicismo en Cuba (1913), que leyó en el Aula Magna del Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana el 15 de febrero de 1913. También Milanés, Luaces y la Avellaneda como poetas dramáticos (1916), que impartió como parte de la serie de Extensión Universitaria en la Universidad de la Habana el 15 de enero de 1916. Fue muy elogiada El reposo como elemento estético (1917), pronunciada en el Ateneo de La Habana el 3 de diciembre de 1916.

Portada de la conferencia El reposo como elemento estético (1917). Archivo del autor.

En la Sociedad Filomática, fundada en 1912, dio a conocer el 8 de febrero de 1913 la conferencia El clasicismo en Cuba (1913). Rafael M. de Mendive (1915), fue otra conferencia suya, leída el 2 de mayo de 1915 en la Sociedad de Conferencias. En 1915, en el Ateneo de La Habana, impartió “El arte prehistórico americano”. La felicidad como fundamento de la moral (1918), la impartió el 12 de enero de 1918, en la serie de conferencias de Extensión Universitaria que impartía la Facultad de Letras y Ciencias.

Otras de sus conferencias más célebres fueron José Martí (1918), en el Ateneo de la Habana el 10 de marzo de 1918. También El setenta y uno (1918), pronunciada en la Sociedad Económica de Amigos del País el 12 de mayo de 1918. Además, la conferencia de extensión universitaria titulada “La Constitución de Guáimaro”, que impartió el 15 noviembre 1919. Además, fue autor de Historia de una tragedia. I Grecia (1923), en el Ateneo de La Habana el 9 de mayo de 1923. Por último, hay que mencionar La novela en Cuba. Sus manifestaciones, ideales y posibilidades (1934), discurso leído en sesión solemne de apertura del curso de 1934 a 1935, el 28 de octubre de 1934.

En 1943 participó en un ciclo de conferencias que se impartió por reconocidos escritores cubanos, organizado por antiguos alumnos de la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana. A Salvador Salazar y Roig le correspondió impartir, el 28 de abril, la conferencia dedicada a la figura de Justo de Lara. En 1950 participó, junto a Enrique Gay-Calbó y Andrés de Piedra-Bueno, en un ciclo de conferencias sobre la bandera cubana, a propósito de su centenario, que se realizó en la Escuela Normal de Kindergarten. En esta oportunidad impartió la que tituló “El alma de la bandera”, el 17 de marzo de 1950.

Información en el Diario de la Marina sobre la conferencia impartida en la Escuela Normal de Kindergarten en 1950. Archivo del autor.

Salvador Salazar y Roig ingresó como académico de número en la Academia de la Historia de Cuba en 1923. El discurso que pronunció para cumplir con el acto de ingreso, el 27 de septiembre de 1923, fue La gestión diplomática de Morales Lemus (1923). En nombre de la Academia le contestó el doctor Sergio Cuevas Zequeira. En esta misma institución leyó, el 30 de mayo de 1924, Elogio del Dr. Raimundo Cabrera y Bosch (1925) y el 17 de mayo de 1930 pronunció el discurso José Antonio Saco (1930).

Portada del discurso sobre Raimundo Cabrera (1925). Archivo del autor.

Al contestar el discurso que pronunció Salvador Salazar y Roig para ingresar en la Academia de la Historia de Cuba, Sergio Cuevas Zequeira hizo mención a

“…su nutrida y sólida producción literaria, histórica y filosófica, contenida en múltiples obras y folletos de inmenso valer, su insuperable labor en periódicos y revistas, y la serie innúmera de lecciones y conferencias con que ha venido, desde bien temprana edad, contribuyendo a difundir e intensificar en su patria la cultura general”.

“Es además el compañero que viene a compartir desde hoy nuestras fecundas tareas, un escritor que maneja con maestría la lengua castellana, y un orador de verbo fluido, capaz de llevar a su auditorio, en alas de su palabra fervorosa, a las más altas cimas del entusiasmo”.

Salvador Salazar y Roig pronunciando una conferencia en la Sociedad de Amigos de la Cultura Francesa en 1934. Archivo del autor.

El 25 de abril de 1925 Salvador Salazar y Roig fue recibido como miembro de número de la Sección de Literatura de la Academia Nacional de Artes y Letras. En la sesión solemne realizada al efecto pronunció un discurso que tituló El dolor en la lírica cubana (1925). Este le fue contestado por el académico Néstor Carbonell. En esta Academia dio lectura, el 27 de octubre de 1935, a la conferencia El elemento patriótico en la lírica cubana (1935). También fue presidente interino de la institución y de la Sección de Literatura.

Portada del discurso de ingreso en la Academia de Artes y Letras (1925). Archivo del autor.

Formó parte de la Academia de Historia de Cuba, del Ateneo de la Habana, de la Sociedad Geográfica de Cuba, del Círculo de Bellas Artes, de la Sociedad Económica de Amigos del País y de otras instituciones nacionales y extranjeras. Presidió la Sección de Ciencias Históricas del Ateneo de la Habana y también la de Literatura.

Apasionado del teatro, Salvador Salazar y Roig escribió dramas como “La fuerza del amor” y “La verdadera aristocracia”, que estrenó en el teatro Polyteama en 1914. También representadas sus comedias “La otra” (1913), “La caricia” y “La gallina ciega” (1914). Fundó y dirigió la revista Teatro Cubano, entre 1919 y 1920. En los cursos y conferencias que impartió también el teatro tuvo presencia. Por ejemplo, en 1949, disertó sobre “El teatro español contemporáneo”, en la Escuela de Verano de la Universidad de La Habana.

Inicio del primer número de la revista Teatro Cubano. Archivo del autor.

No le bastó con escribir obras teatrales o divulgar el teatro, sino que hizo múltiples acciones prácticas para reconocer la importancia de esa manifestación artística. Desde su cátedra universitaria animó las actividades teatrales. Para ello fundó con sus estudiantes, en 1925, la que llamó Academia Universitaria de Literatura, donde, según José María Chacón y Calvo:

“…realizó memorables ensayos de representaciones de obras maestras de nuestro Siglo de Oro, anticipándose con su viva y vigilante sensibilidad y su inagotable entusiasmo, a nuestro actual Teatro Universitario”.

Estuvo entre los fundadores, en 1927, de la Institución Cubana de Pro Arte Dramático. Según se expresó en el periódico Noticias de Hoy en 1945, Salvador Salazar y Roig era un

“…intelectual preocupado desde hace mucho tiempo las labores teatrales cubanas, batallador incansable por un teatro cubano mejor, como lo demostrara cuando presidía la asociación Teatro Cubano…”. “…hombre de hondas preocupaciones escénicas…”.

Salvador Salazar y Roig pronunciando una conferencia sobre Justo de Lara en 1934. Archivo del autor.

A partir de sus experiencias docentes en la Universidad de La Habana, Salvador Salazar y Roig publicó Curso de historia de la literatura española. Explicaciones dadas en clase (1925). Lo mismo sucedió con Curso de literatura castellana. Histórica (1926) y Curso de literatura preceptiva (1928), que fue reeditado en 1935 y 1938. Escribió dos libros de texto para uso de las escuelas normales de la República. Estos fueron Historia de la literatura cubana (1929) y Nociones de historia de la literatura española (1929). Este último con una segunda edición en 1950.

Fue autor de varias composiciones poéticas. Casi todas de contenido patriótico, entre las que sobresalió la que dedicó a la bandera. Por tanto, puede considerarse a Salvador Salazar y Roig uno más de los poetas matanceros que le cantó a nuestra enseña nacional.

Poema de Salvador Salazar y Roig a la bandera cubana. Archivo del autor.

Sobre el tema universitario publicó Relaciones del Estado con las universidades (1930). Por la Asociación Pedagógica Universitaria impartió la conferencia “El nacionalismo universitario”. En 1945 fue miembro de la Comisión especial designada por la Fundación Luz Caballero para estudiar las condiciones de la enseñanza privada en Cuba y proponer medidas dirigidas a establecer correspondencia entre sus fines y los de la enseñanza pública. Fue secretario de la Asociación de Graduados en Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana. El 31 de mayo de 1940 recibió un homenaje por los 25 años de docencia universitaria.

Colaboró con numerosos medios periodísticos. Fue redactor de las revistas Cuba y América, así como redactor jefe de la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias y de Cuba y América. Dirigió Alma Cubana, publicación mensual de historia, literatura, arte y crítica, y La Novela Cubana, en la que publicó sus comedias “Por la fuerza de amor” y “La verdadera aristocracia”, representada en Cayo Hueso en 1928. Colaboró en La Escuela Cubana, La Discusión, Revista Bimestre Cubana, Cuba Contemporánea, Archivos del folclore cubano y Universidad de La Habana.

Como profesor de Historia de la Filosofía estableció un premio para los estudiantes que costeó siempre de su peculio personal. Para sus estudiantes estableció el lema: “Abramos el camino, aunque por él no hagamos el viaje”. Muchos años después, en 1995  la doctora Rosario Novoa, declaró: “…Salvador Salazar, profesor de Literatura, era un maestro. Nos enseñaba a pensar”.

Como parte de su labor educativa, Salvador Salazar y Roig inauguró un curso voluntario de Literatura Cubana en la Universidad de La Habana, a donde asistieron numerosos estudiantes. Fue el iniciador en Cuba de la enseñanza de la Literatura Cubana e Hispanoamericana. Presidió la Delegación Cubana del Instituto Hispano-Americano de Relaciones Culturales.

Salvador Salazar y Roig en 1944. Archivo del autor.

Su primer libro fue Lope de Rueda y su teatro (1911), con prólogo de Raimundo Cabrera. Después publicó Ternuras… Versos (1912) y El vampiro. Novela (1917). Cultivó también los libros de memorias, entre ellos Apuntes de un viaje por Suiza (1928). Dio a conocer las novelas Fu-Li-Yi. Memorias de un abogado sin clientes. Primer episodio: De Ginebra a París (1933) y Romántica. Memorias de un abogado sin clientes (1933). Editó la compilación Alma cubana (Antología de los principales poetas y prosistas cubanos) (1929), en dos tomos.

Tras su muerte

Salvador Salazar y Roig falleció de forma repentina el 10 de octubre de 1950. Al dolor de su anciana madre, su esposa y sus hijos pequeños, se sumó el lamento de la comunidad universitaria y del mundo intelectual cubano. Su duelo fue despedido por el doctor Salvador Massip Valdés, decano de la Facultad de Filosofía y Letras. Aurelio Boza Masvidal, uno de sus alumnos más destacados, le rindió fervoroso tributo tras su inesperado fallecimiento. En un artículo insertado en el Diario de la Marina, escribió a propósito del triste acontecimiento:

“Profesor, periodista, orador, novelista, comediógrafo, tratadista, hombre cultísimo de muy variadas y valiosas iniciativas, fue Salazar sobre todo hombre de exquisita sensibilidad, de bondad infinita. Fue un sembrador incansable de cultura, exaltador continuo de los valores del espíritu, con una naturalidad y grandeza moral llena de atractiva sencillez. Fue un maestro siempre dispuesto a enseñar, a colaborar, a construir. Su vida entera fue un culto al saber, al cultivo de la inteligencia, al verdadero vivir en la plenitud del espíritu”.

Otra de las discípulas agradecidas de Salvador Salazar, Blanca Dopico, quien le acompañó en muchos de los proyectos culturales que emprendió, expresó tras su muerte:

“Salazar no fue —no podía serlo— un revolucionario ni un reformador escandaloso y rudo. Fue un maestro sencillo, grande, fecundo y profundamente humano. Por eso a Salazar no se le puede reemplazar, ni se le puede imitar”.

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