En 1919 el escritor y viajero italiano Adolfo Dollero publicó el libro Cultura cubana. La provincia de Matanzas y su evolución.
El 23 de agosto de 1919 el Diario de la Marina, en la sección “Bibliografía”, dedicó espacio a comentar el libro Cultura cubana. (La provincia de Matanzas y su evolución), que recién había publicado el escritor y viajero italiano Adolfo Dollero. En una parte de la elogiosa reseña, comentó el autor del artículo:
“Es verdadera labor histórica, una enciclopedia de la provincia de Matanzas, de inapreciable valor como obra de consulta”.
“Y como obra que eleva y dignifica al cubano, colocando en el justo lugar sus aptitudes, sus condiciones intelectuales, y el grado de prosperidad comercial, industrial, etc., que demuestra Cuba, conquista el libro la gratitud sincera de este pueblo hacia el extranjero, hijo de Italia, que vino un día a su patria para enaltecerla y enaltecer a sus hijos”.
La vida de un viajero
Adolfo Dollero fue un hijo ilustre de Turín, Italia, ciudad donde nació el 11 de noviembre de 1872. Se radicó a México desde finales del siglo XIX, donde estuvo vinculado a la Sociedad Antonio Alzate, de carácter científico, a la cual donó en 1897 una colección de cincuenta ejemplares de minerales. El 23 de septiembre de 1901 fundó la sección mexicana de la Sociedad Dante Alighieri, junto al ingeniero Cesare Novi. Mediante ella promovió la cultura italiana con la creación de una biblioteca, cursos y conferencias.
Durante tres años, de 1907 a 1910, Adolfo Dollero viajó extensamente por México junto al químico Arturo Vaucresson y el ingeniero Armando Bornetti. Los resultados de ese amplio recorrido quedaron recogidos en el libro México al día (Impresiones y notas de viaje) (1911), que tuvo una versión en italiano: Il Messico d’oggi (1914). Las impresiones que recogió se siguen considerando muy importantes en el conocimiento del México de la época del Porfirato.
Al recrudecerse la violencia durante el transcurso de la Revolución Mexicana, Adolfo Dollero viajó a Cuba. Dirigió en La Habana la revista mensual Ideas e Ideales, que se dedicó a la propaganda y defensa de la causa aliada en la guerra mundial y publicó siete números en 1919. En 1921 participó en los Juegos Florales de Oriente, celebrados en Santiago de Cuba. El 2 de junio de ese año fueron dados a conocer los premios y en lo relatico a composiciones en prosa, el autor italiano alcanzó el primer premio con el ensayo “Influencia de la mujer en la vida nacional”.

Colaboró además en la revista cubana La Reforma Social, donde publicó los trabajos “¿El problema social ha sido o no el móvil de las últimas revoluciones mexicanas?” (1915) y “Consideraciones sobre la guerra europea” (1915). Este último se editó como folleto independiente. En la Revista Bimestre Cubana dio a conocer “Apuntes políticos sociales sobre Rusia” (1917), “Italia y sus problemas” (1917) y “Las simpatías de Cuba por Italia” (1917). Este mismo trabajo apareció como proemio del libro Italia y Cuba (1917), de Fernando Ortiz.
Tras permanecer varios años en Cuba, donde ejerció el periodismo y publicó tres libros, Adolfo Dollero se trasladó a Colombia y después a Venezuela. Acerca de estos países latinoamericanos publicó Cultura Colombiana. Apuntaciones sobre el movimiento intelectual de Colombia, desde la Conquista hasta la época actual (1930) y Cultura de Venezuela. Apuntaciones sobre la evolución de la cultura desde la Conquista (1933, en dos tomos).
Adolfo Dollero falleció en México el 2 de septiembre de 1936.
Libros sobre Cuba
El primer libro que Adolfo Dollero publicó en Cuba fue Cultura Cubana/Cuban Culture (1916), edición bilingüe en inglés y español. En el “Preámbulo”, destacó que se había propuesto como objetivo
“…marcar en todos los ramos de la vida cotidiana, del saber, de la cultura, en sus múltiples manifestaciones, el punto a donde el pueblo cubano ha llegado”.
Sobre el plan que siguió en su escritura añadió:
“Se notará que yo trato preferentemente de una institución artística o social o filantrópica, que de un notable político: no porque el último no me merezca consideración y respeto, sino por la convicción de que las primeras sirven mejor para demostrar el grado de cultura de un pueblo. En Cuba hay muchos periódicos que tratan de política, siendo, en consecuencia, innecesario que hable de ella un ciudadano extranjero”.
Para redactar este libro, Adolfo Dollero consultó obras históricas y otras fuentes. Sin embargo, como mismo hizo en otros textos que publicó sobre provincias cubanas, sobresalen los datos tomados de la experiencia directa. En especial, de las visitas a instituciones culturales, centros de enseñanza y fábricas. También de las entrevistas con personalidades representativas de distintas esferas de la vida social, económica y política del país.
La intención era, después de publicar este libro sobre Cuba, dedicar uno a cada provincia del país. Este objetivo no pudo cumplirse y, además del relativo a Matanzas en 1919, Alfonso Dollero sólo pudo dar a conocer Cultura Cubana (La provincia de Pinar del Río y su evolución) (1921). En la introducción afirmó Dollero:
“Pinar del Río en sus tres siglos de vida ha dado grandes pruebas amor a la patria y a la libertad, y muchos nombres de sus guerreros están escritos con letras indelebles en la Historia de la Independencia de Cuba. Y aun cuando no se pueda hacer una reseña regular de su evolución intelectual, varios distinguidos pinareños han sido campeones, notables, de cultura”.
Esta obra contenía numerosas imágenes de personalidades y lugares de Pinar del Río. Merecen destacarse los capítulos dedicados a las excursiones que realizó a Viñales y San Diego de los Baños. En este caso aparecieron en el apéndice un buen número de anuncios comerciales.
Un libro sobre Matanzas
El libro Cultura cubana (La provincia de Matanzas y su evolución) (1919), se imprimió en La Habana por la imprenta de Seoane y Fernández. Fue encabezado por la siguiente dedicatoria:
“Al Doctor Cosme de la Torriente y Peraza, Senador por Matanzas y Coronel del Ejército Libertador natal. Patriota y Ciudadano Ejemplar, dedica atenta y cordialmente esta obra sobre la evolución de su culta provincia natal”.
El texto se dividió en tres partes. La primera, con 24 capítulos, Adolfo Dollero la dedicó a los aspectos generales de la geografía, la historia y el desarrollo cultural y económico del territorio. La segunda, que trató sobre “Excursiones por la Provincia de Matanzas (Datos e Impresiones)”, se centró en los municipios yumurinos, con destaque especial para Cárdenas, al que dedicó seis de los 13 capítulos con que contó. En la tercera parte o “Apéndice”, aparecieron tres capítulos: “La Colonia Española y las demás Colonias extranjeras”, “Índice de selección” y “Algunos juicios críticos sobre la obra Cultura Cubana (tomo. I)”.
Dentro de los capítulos del libro Cultura cubana (La provincia de Matanzas y su evolución) fueron muy elogiados los que dedicó a la instrucción pública. Estos fueron el XI “Evolución de la Instrucción Pública en la Prov. de Mzas. (Siglos XVIII-XIX-XX)”, el XII “Visitas a planteles de I. P. de Matanzas (Oficiales y Particulares)” y el “XIII.—Beneméritos de la I. P. en la Prov. de Mzas”. También el número XXX trató acerca de “La evolución de la I. P. en Cárdenas (desde el año 1844)”. Igualmente se reconoció el capítulo XVI “Historia del Liceo de Matanzas (Bosquejo)”.

En el capítulo XVIII, titulado: “Evolución de la Ciencia en la provincia de Matanzas (Médicos-Cirujanos.—Químicos.—Naturalistas.—Ingenieros)”, Adolfo Dollero incluyó 65 personalidades destacadas de la ciencia y la tecnología en la historia matancera. Contrasta la escasez de datos de algunas biografías, con la amplitud de información en otros casos. En el XIII, “Beneméritos de la instrucción pública en la provincia de Matanzas”, aparecen las biografías de educadores y pedagogos que también hicieron aportes perdurables a la ciencia en el territorio.
Lo mismo sucedió con el capítulo XVII, “Evolución de las letras en la provincia de Matanzas”, que presenta la biografía de historiadores, filósofos y otros pedagogos. Por último, en el capítulo XXII, “Españoles y extranjeros notables o beneméritos”, se hace mención a varios de los nacidos fuera de Cuba que hicieron aportes a la ciencia. Además, al final del libro aparece una parte dedicada a “Rectificaciones, aclaraciones y erratas”, que Adolfo Dollero fechó en octubre de 1919.
Uno de los reconocimientos que tuvo Adolfo Dollero por el libro sobre Matanzas fue que se trató de un texto profusamente ilustrado. Contó con 43 láminas, no 44 como se afirmó en el texto, y 54 grabados. No por gusto en la portada se anunció como “Obra histórica ricamente ilustrada”. Predominan los dedicados a fotos de personalidades históricas matanceras, lo que lo convirtió en una valiosa fuente de referencia. También son numerosas las dedicadas a centros de enseñanza, lugares históricos, edificios y paisajes, entre otras. El libro se imprimió en papel satinado, a dos columnas, con muy buena tipografía, lo que influyó en la alta calidad que tuvo como texto impreso.
La crítica
En 1921, como parte de la introducción al libro que dedicó a la provincia de Pinar del Río, Adolfo Dollero recordó la positiva recepción que había tenido la obra sobre Matanzas:
“Dejando a un lado todos los inconvenientes que cito, puedo sin embargo declararme satisfecho por la acogida que el elemento más culto dispensó al volumen sobre la evolución de la Provincia de Matanzas…”.
Reconoció, además, la existencia de errores en el libro, sobre lo cual destacó:
“Se impusieron, es cierto, algunas rectificaciones, pero estas son inevitables en una obra repleta de datos históricos, y nadie puede creer posible el cotejo de todas las fechas, lugares y datos personales ya recogidos desde antaño por historiadores cubanos y españoles. El analizar la labor de todos y cada uno de los citados historiadores, buscando los documentos fehacientes en parroquias, archivos y bibliotecas públicas y particulares, demandaría varios años de trabajo para la preparación de cada tomo. ¿Quién pagaría una labor de esta clase que, (perdónenme la franqueza) pasaría inadvertida para la gran mayoría de los lectores? El trabajo que yo he emprendido es, especialmente, de recopilación, aun así, demanda mucho tiempo, mucha paciencia y muchos gastos. El material, casi siempre esparcido, muy esparcido, se puede reunir a costa de enormes dificultades”.
Entre los agradecimientos Adolfo Dollero destacó al relevante orador y político Rafael Montoro, quien logró que el presidente Mario García-Menocal, nacido en Matanzas, recomendara la adquisición de la obra a las secretarías (ministerios). Mencionó al también matancero Cosme de la Torriente. Este destacado diplomático apoyó la distribución y venta de la obra. Reconoció al Ayuntamiento de Cárdenas, que aprobó por unanimidad un crédito de 100 pesos a favor del libro. En el extremo contrario citó el caso del Consejo Provincial de Matanzas, donde uno de sus miembros se opuso a la compra de cien ejemplares, a pesar del apoyo recibido del presidente y secretario de ese cuerpo, Raúl Miranda y Ernesto de León, respectivamente, así como del gobernador Víctor de Armas.
El libro de Adolfo Dollero sobre Matanzas tuvo una acogida muy favorable en el territorio yumurino. Así lo recogió en sus páginas la prensa de la época. En el periódico matancero El Jején, se reconoció en el escritor italiano al
“…sabio hombre de letras que enamorado de Matanzas siempre vive y a quien estaremos siempre agradecidos por lo mucho que ha hecho en pro de nuestra cultura, recogiendo en un volumen de tanto mérito como ese, lo que más se ha hecho digno de mención, por su verdadero valer, en el campo de las ciencias y las artes. Adolfo Dollero es italiano, pero nosotros lo tenemos como algo nuestro, como algo que nos pertenece; que él, a pesar de haber nacido en la tierra hermosa de Colón y Marconi, es un gran matancero, que así merece llamársele”.
Para otro diario local, El Yucayo, era
“Muy interesante el libro de Dollero. Lo repetimos. El autor merece todo género de felicitaciones y alabanzas por su hazaña, y no habremos de escatimárselas nosotros, que mucho le apreciamos y que sabemos la suma de sacrificios que ha tenido que realizar para dotar a la literatura cubana de ese hermoso libro, cuyo valor, si hoy es grande, mañana habrá de ser muchísimo mayor”.
Según El Imparcial, también publicado en la Atenas de Cuba:
“Fuente de conocimientos, archivo curioso y lujoso de datos y sucesos, la obra del Sr. Dollero facilita a los cubanos, y especialmente a los hijos de Matanzas, el medio el medio de tener en su mesa de trabajo una historia completa de la evolución de esta provincia.
Por último, en El Republicano Conservador se destacó que:
“Hay en ese volumen elegantemente impreso, datos, fechas, y memorias de todo cuanto interesante registra la historia de la ciudad yumurina. Lo abarca todo ese libro de Dollero. Y no debe por ello faltar en una sola biblioteca de los que se precien de querer y amar a la Atenas”.
Distinguidas personalidades matanceras le agradecieron el empeño en la publicación del libro. He aquí una muestra de las opiniones de algunas de ellas:
Electa Fe de la Peña: “Cultura Cubana es un deleite; ya no la regalo, porque ese libro es toda alma cubana”.
María Villar Buceta: “…fui sorprendida con el advenimiento de su libro, que apenas he podido hojear; pero ello me ha bastado para quintaesenciar el magno acopio de energía, de observación y de desinterés que ha desplegado usted en su bien documentada obra, cuya solvencia histórica es indiscutible”.
Carlos M. Trelles: “El tomo está precioso: es una obra magnífica, y, a mi juicio, la mejor que se ha publicado sobre Matanzas, desde el descubrimiento de la Isla a la fecha…”.
Oscar M. de Rojas: «Su obra «Cultura Cubana» (Matanzas), nos ha parecido magnífica”.
Cosme de la Torriente: “Creo que su hermosa obra «Cultura Cubana» (Matanzas) es la mejor de su clase, escrita sobre mi querida provincia…”.
Juan Guiteras: “Me parece admirable el esfuerzo que usted ha hecho, y le congratulo de todo corazón, y agradecido como matancero”.
El libro de Adolfo Dollero puede ser descargado de forma gratuita en los sitios InternetArchive.org y GoogleBooks.
Balance
El libro Cultura cubana (La provincia de Matanzas y su evolución) no fue una obra perfecta, pero supo llenar un vacío en el momento en que se publicó. Las últimas obras acerca de la historia de la ciudad y la provincia tenían décadas de ser publicadas. No existía un estudio acerca de la evolución histórica de la educación en el territorio, ni mucho menos sobre los hombres de ciencia. Todo eso y más aportó Adolfo Dollero.
El propio autor tuvo el valor de reconocer los errores cometidos. Hoy, después de haber avanzado muchísimo la ciencia historiográfica en el territorio, se le pueden señalar muchos más. Pero la labor de recopilación que Adolfo Dollero realizó fue muy relevante en su tiempo y también en el nuestro. La estructura que utilizó se reprodujo después en otros libros, como el Álbum Magazine de La Lucha de 1924 y los repertorios de los años 40. Esa fue la huella que nos dejó Adolfo Dollero, el viajero italiano que admiró, elogió y amó a Matanzas. (ALH)
