Una de las paradas que realizamos el martes, durante nuestro recorrido por Matanzas, fue la Terminal de Ómnibus Provincial, un edificio emblemático construido desde el año 1883. Sin embargo, a pesar de ser una de las edificaciones más distintivas del territorio no se puede decir que su mantenimiento esté a la altura de lo que debería ser, más si se transportan diariamente unas 500 personas, solo contando la empresa de ómnibus nacionales. El número total es mucho mayor.
Es visible la compleja situación en que se encuentra la instalación, el mal estado de los techos y baños, la poca iluminación, y las deficientes condiciones de trabajo.
Este tipo de entorno resulta esencial en el servicio que se le presta a la población. Cuando están afectados en esta magnitud, no solo hay impactos en la imagen, sino en su propio funcionamiento.
En este sentido acordamos, junto con las autoridades del territorio, acelerar el proceso de reparación de la Terminal.
También destacamos la necesidad de avanzar en el restablecimiento gradual de las rutas intermunicipales de transporte estatal, para que de conjunto con los servicios no estatales, aumenten la cobertura de servicios a la población en sus necesidades de movilidad diaria, fundamentalmente para ir a la escuela, al trabajo, los hospitales y otras necesidades básicas.
Pretendemos buscar estrategias con la entrega directa del combustible (una de las principales limitantes) para avanzar en el mejoramiento de los viales.
La situación que atraviesa el país nos obliga a encontrar distintas soluciones o atenuantes que puede tener un problema. Cada inconformidad resuelta implica personas beneficiadas.
Nuestra visita a la terminal puede no haber sido la más feliz, pero nos pone en el camino correcto de trabajar en los lugares que resultan medulares para nuestro pueblo. (ALH)

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