En la pelota como en la vida, no son pocas las veces que nos aferramos a decisiones poco favorables. La confianza y la seguridad del tiempo o la permanencia pugnan contra los cambios, por más urgentes que estos sean.

Algo así sucedió con la dirección técnica del equipo Cuba en el torneo Premier 12, aunque quiero dejar claro en este comentario un tema importante: toda la culpa no corresponde siempre al lado más evidente.

Contemplativos en el uso del staff de pitcheo y remisos en exceso para mover la banca o realizar sustituciones en las alineaciones, los miembros del alto mando antillano pecaron de poco carácter para afrontar una tarea que mucho antes de la voz de play ball parecía titánica. Las señales que se dan sobre la grama, no son lecturas para dejar pasar desapercibidas.

El pitcheo, pese a la dudosa utilización del alto mando, se comportó en otro certamen internacional. Foto: Roberto Ramírez.

Más allá del balance negativo de tan sólo una victoria en cinco juegos, el elenco no pudo superar el sabor amargo que deja en los aficionados el mal juego. Un promedio de 5.14 carreras limpias cada nueve entradas no es bueno para ninguna rotación de serpentineros, donde “a priori” estaban las principales dudas para un rendimiento que nunca llegó al estado óptimo.

Bates dormidos, por enésima vez…

Por el contrario, el peso fundamental recaía en la experiencia de los bateadores, muchos curtidos en la pelota profesional de Asia y el Caribe. Mas, anémico porcentaje ofensivo de .235 y la ineficacia con corredores en circulación hicieron mella en toda posibilidad de avanzar a la Súper Ronda.

Erisbel Arruebarruena, Alfredo Despaigne, Ariel Martínez y Yoan Moncada sumaban horas de vuelo que parecían cruciales para el aporte a la contienda. Este cuarteto apenas pegó 14 inatrapables con sólo par de dobles como extrabases, al tiempo que dejaba un lánguido promedio de .203. Cuando la línea central de un conjunto falla de esa manera, las rotaciones apremian y la responsabilidad apunta hacia la banca, pero en el dogout no compartieron esas filosofías.

Cuba cedió frente a República Dominicana, Corea del Sur,  Japón y China Taipei, con sólo un éxito ante Australia. Foto: Roberto Ramírez/ Jit.

Estrategias de entrenamientos, criterios de selección válidos y atemperados a la contemporaneidad junto a la capacidad de un colectivo técnico para aunar y extraer de cada jugador lo mejor de sí en una competencia internacional, constituyen factores vertebrales para optar por el éxito en la pelota. La realidad es una, triste y cruda pero real, por lo que desterrar justificaciones y quejas deviene premisa.

Hay que ser capaces de reconocer los errores, tal y como dijo el timonel Armando Jhonson al término de la lid. Corresponde tener la valentía y la osadía para buscar variantes, sea donde sea. Es necesario tocar las puertas de los mejores y más preparados. Hay que, por sobre todas las cosas, no permitir jamás que caigan en la burla, el orgullo que le dieron a Cuba icónicas figuras de un deporte donde la gloria y la pasión van de la mano.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *