Sobre la grama sagrada del Estadio Palmar de Junco en la matancera barriada de Pueblo Nuevo, una constelación de estrellas del béisbol cubano desfiló en representación de los equipos Habana y Matanzas, cual evocación del primer juego registrado estadísticamente en Cuba el 27 de diciembre de 1874.

Ciento cincuenta años después, al Palmar acudieron los eternos amantes de un deporte convertido en pasión.

Dos equipos de jugadores retirados del deporte activo reeditaron el primer partido recogido en estadísticas y archivos periodísticos de la pelota cubana.

«Ahora uno pasa a su segunda vida, esta como entrenador. Así se comienza a ver el béisbol de otra forma y eso he hecho en el equipo de Industriales. Para mí es una gran satisfacción ser preparador del mismo equipo que le entregué glorias por muchos años. Todavía aprendo a diario y creo que puedo contribuir con mis conocimientos al desarrollo la pelota en La Habana y Cuba», dijo Yoandry Urgellés, gloria deportiva de la pelota capitalina.

«Estoy feliz al ver a todos esos peloteros reunidos de nuevo luego de jugar muchos años en los terrenos de toda Cuba», expresó el otrora inicialista del equipo Henequeneros, Julio Germán Fernández.

Otra vez en las gradas del Palmar

Pactado a cuatro innings, el juego contó con la presencia del Primer Secretario del Partido en Matanzas Mario Sabines Lorenzo, así como el Presidente de la Federación Cubana y Comisionado Nacional Juan Reinaldo Pérez Pardo.

El equipo de veteranos de La Habana venció al de Matanzas por la vía de la blanqueada.

Verdaderas luminarias de la pelota en Cuba, ya sea de generaciones pasadas como de otras más contemporáneas, integraron las nóminas de este partido devenido homenaje. El juego cerró con éxito habanero de seis carreras por cero, en victoria que también evocó el triunfo de un equipo Habana como hace 150 años en los mismos predios yumurinos.

Siglo y medio más tarde, el Estadio Palmar de Junco reunió a amigos y compañeros de equipo. Otra vez, la leyenda que vive celebra la histórica fecha de un partido que nunca la polémica o el debate sobre su primicia podrán resquebrajar la esencia germinal de un deporte que es Patrimonio Cultural de los cubanos.

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