Laurent Burin Des Roziers, embajador de Francia en La Habana, expresó en conferencia de prensa que a pesar de algunas diferencias, Cuba y Martinica comparten herencias importantes gracias a la geografía y la historia, marcadas por el mestizaje y la criollización.
Los lazos entre ambos países son antiguos, pero esta es la primera vez que se presenta una panorámica tan completa de la cultura martiquinesa, destacó Burin Des Roziers, quien agradeció a diferentes instituciones su colaboración en este gran evento.
Esta novena edición también estará dedicada al centenario del nacimiento de Frantz Fanon(1925-1961), reconocido psiquiatra, filósofo y escritor francés nacido en Martinica, autor de las obras “Los condenados de la tierra” y “Piel negra, máscaras blancas”.
Hasta el próximo 30 de mayo, acontecerán en La Habana dieciocho actividades vinculadas a la danza, la fotografía, las artes plásticas, la literatura y la música de la isla del Caribe.
Siete creadores contemporáneos de raíces martiniquesas y 15 homólogos cubanos compartirán con el público el poder del legado cultural caribeño en la Alianza Francesa de La Habana, el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, Casa de las Américas, la Fábrica de Arte Cubano, la Universidad de La Habana y otros espacios asociados a la festividad.
Entre las propuestas destacan las exposiciones Sargassum Galaxy. Acto 2, de la artista multidisciplinaria Louisa Marajo, y Parades, del fotógrafo autodidacta Nicolas Derné.
Asimismo, asisten como invitados el pianista-cantante Guy Marc Vadeleux, conocido popularmente como GMX y la bailarina y coreógrafa Christiane Emmanuel con su compañía de danza contemporánea.
Cuatro mesas paneles, dos conferencias, dos clases magistrales con la maestra Christiane Emmanuel y un conversatorio sobre la vida del escritor homenajeado Frantz Fanon, todo a cargo de académicos de ambas naciones, complementan el programa de actividades.
«Al son de Martinica» -slogan que acompaña la celebración- sitúa en las expresiones artísticas de la isla francesa anclada en un Caribe común, cual puente de vecinazgo condicionado en similitud y distancias lingüísticas o geográficas, pero fusionados en motivos y resistencias poéticas, señala la invitación. (ALH)