Una voz única, dulce y con magistral recorrido acústico, acompañó al público en el Teatro Sauto, Monumento Nacional. Ivette Cepeda, junto a su grupo Reflexión, regaló a los matanceros una tarde de lujo.
“Me siento honrada de estar en esta tierra maravillosa del arte y el danzón, en este aniversario del Teatro Sauto. Cuando tenía 10 años, canté por primera vez aquí y desde entonces he vuelto en muchas oportunidades. Estoy enamorada de este teatro precioso y de un público tan especial. Este abril, el Sauto, cumple 160 años y nosotros regresamos con música», refirió la artista.
Acompañada en el escenario por el Trovador Tony Ávila y Alfonsito Llorents, logró cautivar por el empaste vocal y armonía.
Momento especial, la interpretación de Fue tal vez, tema dedicado a la actriz Broselandia Hernández, del que refirió, «amigos es una palabra grande, misteriosa, hay que reír con los que ríen y llorar con los que lloran».
Al maestro René Fernández, director de Teatro Papalote y a los trabajadores de esta institución cultural agradeció por la entrega y consagración que muestran a diario.
No pretendo , constituyó otro de los regalos de la artista a los yumurinos, tema especial que refleja el amor y todos sus sentidos.
«La era está pariendo un corazón» y «Quien Fuera», temas del trovador Silvio Rodríguez, estuvieron presentes en el programa del concierto, que mostró una vez más la versatilidad y calidad interpretativa de Ivette Cepeda en el escenario.