La colonización cultural es una consecuencia construida, mediante la imposición global de los modelos culturales imperialistas y sus patrones de vida. Impuesta mediante el empleo manipulador de dichos modelos, todos podemos ser colonizados, formar parte ya de ese rebaño, sin saberlo. Sin habernos enterado.

La colonización cultural se manifiesta en el individuo o grupo de individuos, influenciados permanentemente y de forma seductora por el uso  de la prensa, las redes sociales, los programas de entretenimiento, los llamados realitys shows, videojuegos, dibujos animados, fetiches de la moda, influencers y los considerados “famosos.”

La enumeración la tomo del audiovisual Descolonización cultural, presentado por Abel Prieto Jiménez, durante la conferencia impartida recientemente por el destacado intelectual cubano en  la Escuela Provincial del partido José Smith Comas de Matanzas.

Profesores, comunicadores, creadores artísticos, representantes de instituciones culturales y docentes, junto a las organizaciones de masas, son convocados a cohesionar las acciones de todos los factores de la sociedad, sus líderes comunitarios, trabajadores sociales que con una labor paciente pero sostenida puedan librar la batalla de la descolonización cultural.

Con citas de Fidel, Raúl y el Che, estas últimas expresadas desde el temprano 1959, Abel Prieto Jiménez, procura concientizar a todos los factores que desconocen el efecto real de las herramientas utilizadas para ejercer la colonización.

Desde una historieta hasta una serie televisiva, ningún medio resulta ajeno al desempeño imperial en la construcción de una mente colonizada.

Múltiples son los desafíos. Para el maestro de hoy, el aula supone un escenario contradictorio cuando compiten en ella dos enseñanzas paralelas. Una que parte de la educación científica con apego a la verdad y a nuestras convicciones. Otra que viene de la mano de la banalidad, la mentira y el escarnio que le ofrecen las nuevas tecnologías.

El trabajo emprendido, forma parte de un programa de la Presidencia del país y constituye una tarea que no admite dilaciones, pero tampoco metas y compromisos temporales. Requiere de un trabajo inteligente, persuasivo, donde no caben censuras ni prohibiciones. Se trata de educar, persuadir, convencer de las nefastas consecuencias de la colonización cultural y sus manifestaciones, resultado del consumo acrítico de las propuestas seudoculturales permanentemente bombardeadas desde los centros hegemónicos del imperio.

La avalancha de materiales que circulan con singular cinismo con el empleo de las llamadas nuevas tecnologías, que como asegura Prieto Jiménez, ya no son tan nuevas, pareciera que existen numerosos productores de tales bodrios. En realidad, solo unas pocas entidades concentran industrias, laboratorios, academias y cuantioso capital, para llevar a cabo la nueva expresión de una guerra de conquista.

El fenómeno no se manifiesta solamente en Cuba. Sus efectos llegan a todo el planeta. Solo que en Cuba su manifestación alcanza peligros adicionales como consecuencia de la guerra sucia que se nos hace y el financiamiento imperialista de todos los instrumentos utilizables para la subversión.

Prepararnos para la batalla que se nos impone exige la toma de conciencia del inminente peligro que corren los pueblos de perder su cultura y sus valores identitarios. Libremos esa batalla.

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