El mérito de ser el primer médico nacido en Cuba que ejerció en nuestro país corresponde al habanero Diego Vázquez de Hinostrosa.
Gracias a la labor historiográfica del doctor José López Sánchez es posible recordar a Diego Vázquez de Hinostrosa como el primer médico cubano. La vida de este profesional destaca, además, los estrechos vínculos que existieron entre Cuba y México en el lejano siglo XVII.
Datos de una vida
Nacido en La Habana el 26 de noviembre de 1626, Diego Vázquez de Hinostrosa era hijo de Diego Vázquez de Hinostrosa y de Inés de Artes. Recibió la primera enseñanza en su ciudad natal.
El 28 de enero de 1649, inició los estudios de Medicina en la Universidad de San Hipólito de México, Virreinato de Nueva España. A punto de concluir el cuarto curso, le faltaban dos años, solicitó una licencia al rector para regresar a La Habana. La situación económica que afrontaba no era muy favorable y esto limitó su dedicación a la carrera. En el documento que elaboró con la petición consignó que Juan Esquivel, gobernador de la Nueva Veracruz, le pagaría los derechos del grado de Bachiller y el traslado hacia Cuba.
Alcanzó el grado de Bachiller en Medicina el 2 de mayo de 1651. Una vez vencido ese requisito realizó sus dos años de práctica. Uno con el doctor Juan de Torres y Moreno y otro año con el doctor Pedro de los Arcos y Monroy. El 6 de noviembre de 1653 se le admitió para realizar el examen de rigor ante el Real Tribunal del Protomedicato de México. De acuerdo con los examinadores, “…obró bien cumplidamente a nuestra satisfacción como buen estudiante…”.
De regreso a La Habana inscribió su título en el Cabildo el 16 de abril de 1655. Volvió a México en 1658 con el propósito de optar por los grados mayores como médico. Hizo la solicitud correspondiente el 26 de enero de 1658. Días después, el 14 de febrero, se recibió como Licenciado en Medicina y como Doctor en Medicina el 24 de febrero. De acuerdo con José López Sánchez, Diego Vázquez de Hinostrosa ejerció su profesión de médico en La Habana entre 1658 y 1664. Así lo sugieren las evidencias encontradas documentalmente, sobre todo en las Actas Capitulares del Cabildo de La Habana.
Tras esa etapa de desempeño profesional se radicó en México. Allí, tras varios intentos infructuosos, alcanzó una cátedra en la Universidad de San Hipólito de México. Esta fue la Temporal de Vísperas de Medicina, que se le adjudicó el 12 de agosto de 1670. Ese mismo día tomó posesión de la misma.
La obra científica de Diego Vázquez de Hinostrosa se limitó a sus tesis de grado. La de Bachiller en Medicina se tituló Temperamentum nihil aliud est (1651), mientras que la de Licenciado en Medicina fue En Secundo Aphorismorum 52 (1658). Para graduarse como Doctor en Medicina escribió Per circumcifionem corpus (1658).
En el título expedido como Médico del Real Tribunal del Protomedicato se hizo constar: “que es un hombre delgado de buena estatura y rostro de color trigueño”. El último dato de su vida que se conoce fue que asistió, el 18 de octubre de 1689, a la inauguración del Curso de Estudios de la Universidad de San Hipólito de México. Se desconocen la fecha y el lugar de su fallecimiento.
Rescate de un precursor
El 3 de diciembre de 1951, el médico e historiador cubano José A. Martínez-Fortún pronunció en la Academia de Ciencias de La Habana el discurso titulado “Ojeada histórica sobre la medicina americana en el siglo XVI”. En esa oportunidad resaltó como una deuda historiográfica la necesidad de
“…establecer qué médicos de los que ejercieron en ese siglo en nuestra Isla fueron cubanos, quizás con la justa pretensión de consignar a quién le correspondía desde un punto de vista cronológico el honor de ser considerado el primer médico cubano”.
Nueve años después, en el trece Congreso Nacional de Historia, celebrado en 1960, el doctor José López Sánchez dilucidó esa cuestión. Fue en la comisión de historia de la medicina en Cuba, donde, entre los cuatro trabajos presentados, estuvo uno de su autoría: “El primer médico cubano. Diego Vázquez de Hinostrosa”. Estos resultados de investigación se publicaron, el mismo año, en el Cuaderno de Historia Habanera número 70, serie dirigida por Emilio Roig de Leuchsenring, Historiador de la Ciudad de La Habana.

Diego Vázquez de Hinostrosa vivió en una época en que aún lo cubano no estaba definido. No obstante, es importante recordar su figura precursora y también al doctor José López Sánchez, quien hizo posible que hoy su vida y obra sean conocidas.
