Conocí a Guillermo Miró Perdomo, fotograbo del asalto al Goicuría, en los años 70 cuando comencé a trabajar en Matanzas luego de graduarme de Licenciatura en Periodismo en la Universidad de la Habana.

En este 2025 el Guille –como le llamábamos cariñosamente– cumple cien años y creo muy justo que se le mencionara en la televisión y en los medios de prensa pues su labor dejó una enorme huella en la historia fotográfica y audiovisual de la provincia y el país.

Lo primero que recuerdo de él son sus consejos.

Amaba tanto su profesión de fotógrafo de prensa que se ocupaba de transmitir sus experiencias y enseñanzas a los bisoños que llegábamos a la redacción.

Yo trabajaba para la radio en ese entonces y él era el camarógrafo de la TV y fotógrafo de Girón ocasionalmente.

Aprendí desde entonces a valorar lo importante que es trabajar en equipo en esta profesión. ¿Por qué?  Muy sencillo, coincidíamos en muchas actividades, yo para la radio y el para la TV y siempre me ayudaba a valorar la información que luego me pedía para mandarla junto con la película que había tirado durante la cobertura al noticiero en La Habana.

Miró también me enseñó a saber diferenciar la importancia de la historia bien contada. Sus anécdotas eran fabulosas. No olvidar que desde que se iniciaron las actividades de la televisión en Cuba él asumió la función de camarógrafo.

Por eso contaba lo bueno y lo malo que – según él – había hecho para obtener exclusivas.  Recordaba un momento triste, aquel accidente que ocurrió con un tren donde perdieron la vida varias personas y él se enteró y llegó primero.

Como fotógrafo de prensa tomó las mejores fotos que pudo y previsor de la exclusividad que le daba haber llegado primero, convenció a todos de que era importante llevarse los cadáveres para la morgue y no dejarlos a la intemperie cosa muy lógica para todos, pero le daba la oportunidad de ser el único con las fotos del hecho.

Otra de sus anécdotas, pero muy dolorosa eran las fotos de la masacre del asalto al Goicuria que recorrieron el mundo denunciando la tiranía de Batista que le publicó la revista Life en 1956.

Filmó imágenes de la caravana de la libertad a su paso por Matanzas .

Además de colaborar con Girón, también fue colaborador para el periódico Revolución. Fue fundador de la corresponsalía de la Televisión yumurina, y ahí fue cuando más nos unimos porque él era el camarógrafo junto con su hijo Nivaldo Miró Pagés aprendiz de camarógrafo en ese entonces yo era la periodista y Mariano García el chofer.

Trabajamos casi durante un año solos con un carrito moscovih hasta que en 1984 se creó oficialmente la corresponsalía de la TV en Matanzas.

Miró fue el primer camarógrafo en entrar a la Ciénaga de Zapata cuando la invasión mercenaria por Playa Girón en 1961 y aporto las primeras imágenes del genocidio y los camiones ardiendo,  un hecho testimonio gráfico relevante de la agresión financiada y realizada con la anuencia de Estados Unidos.

Como corresponsal, le tocó reportar incontables visitas de Fidel a la provincia de Matanzas, así como dar coberturas de muchas delegaciones de presidentes de otros países, cubrir actos a nivel nacional y la inauguración de obras como la termoeléctrica Antonio Guiteras.

Foto de Guillermo Miró Perdono cuando durante una visita de Fidel a Matanzas captó el momento en que el leader leí el periodico Girón.

Por último agregar que hay una foto de Fidel leyendo el periódico Girón en la provincia de Matanzas que  el Guille siempre se sintió muy orgulloso de haber tenido la oportunidad y la audacia de captar ese instante para la historia de su pequeño terruño.

Falleció en Matanzas el 12 de febrero de 2007.

En su honor fue abierta en Matanzas la primera fototeca asentada en una provincia que convoca a fotógrafos aficionados y profesionales a exhibir instantáneas de todo tipo.

Ese era Guillermo Miró Perdomo, siempre con su cámara primero de rollos de películas y luego el video tape en sus diferentes variantes hasta su jubilación.

Este año de su centenario creo muy importante recordar su trayectoria y rendirle homenaje a un hombre fiel su país y su origen.

 

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