En momentos que la Patria sufre una criminal y prolongada guerra ideológica diseñada desde los Estados Unidos con mentiras y patrañas de toda índole, se levanta en toda su grandeza la imagen del Padre Félix Varela  Morales, “el que nos enseñó primero en pensar”.

Este 25 de febrero, a 171 años de su fallecimiento, ocurrido un mes después del alumbramiento en la capital cubana del Apóstol de nuestra independencia como inmenso símbolo de la continuidad histórica, el pensamiento, la ética y el amor al suelo patrio de Félix Varela ofrece un vibrante ejemplo para las actuales generaciones de cubanos que enfrentan  la más brutal agresión imperialista.

Félix Varela nace en La Habana el 20 de enero de 1788, hijo de padre español y madre santiaguera. Muy pequeño muere la madre y al cuidado de su abuelo es llevado junto a sus hermanas a San Agustín de la Florida.

Aplicado a los estudios, en 1801 regresa a La Habana, donde apenas con 14 años manifiesta al abuelo su vocación religiosa.

Cursa estudios de gramática, humanidades, filosofía, lógica y teología y ciencias.

Por los méritos alcanzados con 24 años de edad el Obispo Espada lo nombra profesor de Filosofía, Física y Ética  del Seminario San Carlos, donde se forman prominentes hombres de la talla de José Antonio Saco, José de la Luz y Caballero y Rafael María de Mendive.

Entre los adelantos que introduce en el seminario para la práctica de los estudios crea el primer laboratorio de Física y Química con que contará el país.

Aunque dominaba el latín renovó la enseñanza de la época utilizando el español en sus clases y libros. Varela ponía todo el interés en que sus alumnos aprendieran  a pensar  y a decidir por sí mismos.

Félix Varela Morales Varela, a quién Martí consideró “patriota entero”, exigía de sus alumnos el estudio de la sociedad en que vivían, y llegó a crear una conciencia germen de la futura nación cubana.

Varela combatió la esclavitud, defendió la independencia de nuestros pueblos de América y desde las páginas  de su periódico El Habanero promovió la necesidad de la independencia cubana, la que debía alcanzarse con sus propios medios y el sacrificio de sus hijos.

Varela devino entonces iniciador de la ideología de nuestra independencia. Eminente educador, político, filósofo, defendió la idea de que Cuba debía librarse del coloniaje español y cuidarse de caer en manos de los Estados Unidos.

En España fungió  como Diputado a las Cortes. Condenado por la Corona Española como consecuencia  de sus ideas a favor de la isla, huyó a los Estados Unidos, donde mantuvo la prédica a favor de la independencia cubana.

Enfermo y en lastimosa pobreza murió el 25 de febrero de 1853 en San Agustín de la Florida sin poder regresar a la Patria. Luego de la  instauración de la República, sus restos fueron trasladados a Cuba, y hoy descansan en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.

En su artículo “Ante la tumba del Padre Varela”, José Martí señaló: «…cuando vio incompatible el gobierno de España con el carácter y las necesidades criollas, dijo sin miedo lo que vio, y vino a morir cerca de Cuba, tan cerca de Cuba como pudo”. (ALH)

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