Hoy en día, ser madre y trabajadora al mismo tiempo representa más que una responsabilidad; es un acto de resistencia que forma parte de la vida de millones de mujeres cubanas. Desde las oficinas hasta los trabajos por cuenta propia, ellas entregan todo su esfuerzo, no solo como sustento de sus familias, sino también al cuidar de sus hijos. ¿Se han preguntado alguna vez cuánto sacrificio implica este proceso?
La situación económica actual de Cuba impone retos que afectan a todos. El salario no alcanza, los precios suben, las colas consumen el tiempo, los productos de primera de necesidad son escasos. Algunas madres deben tener hasta dos trabajos y otras aceptan empleos informales sin garantías para poder satisfacer las necesidades.
Según datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el país tiene un 25.7 % de población mayor de 60 años, lo que recarga aún más a las madres trabajadoras. Para apoyarlas, el Decreto 84/2024 extendió la prestación social a 15 meses.
Frente a este panorama, el Estado impulsó medidas legales para aliviar esta carga. Entre las más relevantes destaca la licencia de maternidad remunerada, protección laboral contra despidos injustificados, beneficios fiscales para madres menores de diecisiete años con tres o más hijos y el acceso a círculos infantiles subsidiados por el Estado.
Estas medidas reconocen la maternidad como un derecho y promueve la corresponsabilidad familiar. Sin embargo, muchas mujeres enfrentan la crianza solas, sin una pareja que comparta los gastos ni las tareas del hogar. La falta de apoyo, sumada a las exigencias laborales y las tensiones del contexto económico actual, hace que su día a día sea aún más complejo.
Cuba cuenta con leyes avanzadas que respaldan a las madres trabajadoras, pero aún falta reforzar su aplicación en la práctica.
«Se puede ser mamá o empleada, pero no ambas cosas al mismo tiempo, no podrás hacerlas con éxito». Frases como estas escuchamos miles de veces a lo largo de nuestras vidas. Hablar de maternidad y trabajo puede desatar una guerra emocional, pero no quiere decir que sean polos opuestos. En la vida de una madre cubana darse por vencido no es una opción. Cada una lleva consigo la esencia de una guerrera que se las ingenia para tener un mejor futuro, por ella, por sus hijos, por su familia.
Lauren Quirós Alonso/Estudiante de Periodismo