Montones de basura, calles con vertederos en cada esquina y un servicio de comunales que no da abasto, caracterizan a una ciudad que se encuentra sumida en una crisis de desechos sin precedentes.
Cárdenas, se encuentra actualmente en un estado de degradación donde las soluciones no cubren todo el municipio por falta de recursos. La falta de conciencia ha transformado la localidad en un basurero a cielo abierto. Los cardenenses señalan con indignación a las autoridades locales, exigiendo soluciones inmediatas. Sin embargo, contribuyen al caos, arrojando suciedad en su propia comunidad y alrededores. Dicha panorámica convierte zonas urbanas en depósitos de residuos, sin importarles las consecuencias de sus acciones.
A su vez, las entidades municipales han sido muy criticadas por su inacción ante esta problemática, pero la realidad es que no pueden hacerlo todo si la población no colabora. La limpieza de la ciudad es responsabilidad de todos.
En el tratamiento legal de los desechos sólidos, se encuentra la Ley No 81/1997, que plantea en su artículo 47 la prohibición de descargas de sustancias o desechos que afecten la salud humana, y deteriorar la calidad de vida de la población. Además, el Decreto Ley No 54/1982 expone en las “Disposiciones sanitarias básicas” que los clasifica en:
- a) Desechos putrescibles, los cuales deben ser envasados en recipientes libres de agujeros y hendiduras, y permanecer correctamente tapados.
- b) Desechos no putrescibles, que pueden ser almacenados en paquetes hechos de modo tal que se impida la dispersión del contenido en su manipulación durante la recolección.
Las normas que regulan y garantizan una coexistencia limpia y saludable en nuestro país constan en la legislación vigente. Entonces, ¿cree usted que es adecuado vivir en medio de este escenario?
Es hora de tomar conciencia ¡tu entorno no es un vertedero, es tu hogar!

La concientización es fundamental para autoeducarse y autoanalizarse valorando la importancia de reducir, reutilizar y reciclar los residuos, así como promover el uso responsable de los recursos naturales. Es necesario que los funcionarios locales tomen medidas eficaces al abordar esta crisis y trabajar en conjunto con la población para encontrar soluciones sostenibles a largo plazo. Además, deben implementar medidas para sancionar a aquellos que incumplan las normas de disposición de desperdicios. Las multas y penalizaciones económicas califican como un incentivo para disuadir a los infractores y fomentar un comportamiento más comprometido.

La aglomeración de microvertederos figura un serio problema, pues no solo afecta la estética de la ciudad, sino que también representa un riesgo para la salud pública. Es preciso tomar acción frente a esta contaminación ambiental, establecer y divulgar horarios para la recogida de basura, así como aumentar el número de contenedores y la trayectoria del vehículo recolector en la ciudad.
La encrucijada ambiental que hoy mantiene en jaque a la Ciudad Bandera requiere de conciencia por parte de la población y de acciones inmediatas y decisivas por entidades estatales. Es responsabilidad de todos asumir el desafío de transformar la contaminación en un lugar limpio y saludable para las generaciones futuras. La basura no desaparecerá por arte de magia, es preciso un compromiso sincero frente a una innegable condición humana.
Por Arabel Sotés González, estudiante de periodismo.