Y en cada uno advirtió de los peligros del capitalismo salvaje, llamó a la unidad de los sindicatos, convocó a sumarse a planes económicos ambiciosos, exhortó a batallas trascendentales en la educación, la formación de cuadros y la defensa; en tanto ponderó a la clase obrera como la espina dorsal del proceso revolucionario.

Sin restarle importancia a ninguno, el XIII Congreso de 1973 puede calificarse como el punto de giro de estas reuniones a partir de la conducción de Lázaro Peña, las tesis allí aprobadas y la proyección social y transformadora que dejó. Fidel lo calificó de histórico y democrático. Volver a lo discutido allí debe ser una guía perenne para cualquier dirigente sindical.

Fidel escuchó siempre cada problema planteado (por duros que fueran), abrió debates e hizo no pocas críticas a la es­tructura burocrática de las administra­ciones, alertó de peligros mundiales para los movimientos sindicales y, sobre todo, formó conciencia y sembró las ideas y los valores más genuinos que debía defender, ostentar y compartir la Central de Traba­jadores de Cuba (CTC).

Trabajadores presenta hoy un resu­men de cada uno de los Congresos en los que el Comandante en Jefe compartió. Es un recorrido de la propia Revolución con sus avances, sueños e insatisfacciones que deja la construcción de una sociedad nue­va frente al imperialismo más poderoso, para el que los sindicatos y sus reivindi­caciones son espinas clavadas en el pecho.

Ahorro, jubilaciones, eficiencia, for­mación de cuadros, superación, seguri­dad social, tareas de choque, plantillas infladas, salarios justos, derechos y justicia laborales, discriminación a la mujer, estímulos y emulación socialis­ta, entre otros temas, resultaron anali­zados a profundidad en esos Congresos con el Líder de la Revolución. Y en to­dos los casos nos legó enseñanzas que debiéramos beber para entender y lle­narnos de argumentos en el contexto actual.

Si alguna idea faltara por añadir es el sentido del momento histórico que cada Congreso de la CTC supo tener; Fidel se lo imprimió también con su ejemplo y ese orgullo de sentirse “uno más entre us­tedes”. A solo meses de la realización de la edición 22 de dichas reuniones sirva esta síntesis como un homenaje a quien desde 1959 les habló con la verdad y sin demagogia a los trabajadores cubanos.

Aprendizaje de pueblo, la verdadera universidad

Por mi experiencia revolucionaria, nunca he estado mejor informado que cuando hablo con el pueblo, que cuando me reúno con trabajadores, con estudiantes, con campesinos. He tenido en mi vida dos universidades: una donde no aprendí nada y otra donde lo aprendía todo. Y esa es el contacto con la gente, con sus inquietudes, con sus preocupaciones, con sus problemas, con aquellas cosas que les preocupan. No debe haber ningún hombre que se considere cuadro político que no posea sensibilidad para sentir hondamente la gente y los problemas de la gente.
Fidel Castro Ruz

Defender la Revolución

EN EL EJÉRCITO DE LOS TRABAJADORES TIENE QUE HABER DISCIPLINA, TIENE QUE HABER COMPAÑERISMO, TIENE QUE HABER UNIÓN.
Ustedes son los oficiales de ese ejército, ustedes son los líderes, y este es un momento en que no tenemos que pensar sino en ser fuertes, en mantener la fuerza, en contar con la fuerza que se necesita para defender esta Revolución, porque
LA REVOLUCIÓN SEGUIRÁ ADELANTE Y CUMPLIRÁ SUS OBJETIVOS SI SABEMOS DEFENDERLA Y SI TENEMOS CON QUÉ DEFENDERLA.
Y cuando cada fábrica sea una fortaleza, cuando cada sindicato sea un baluarte de la Revolución, cuando cada esquina, cada calle, cada barrio, cada loma, cada camino, cada árbol tenga un hombre que lo defienda; cuando cada uno de los sitios donde trabajan los 3 000 delegados de este Congreso sean fortalezas de la Revolución y los obreros tengan disciplina y los obreros estén unidos y los obreros tengan entrenamiento y los obreros sepan combatir (…),
¿QUIÉN PODRÁ VENCER ESTA REVOLUCIÓN?
(En la apertura, teatro de la CTC, 18 de noviembre de 1959)

La clase obrera, mucho por aprender

La clase obrera tiene que aprender en un terreno todavía más amplio y más profundo, no solo en el campo de los sentimientos, de sus simpatías y de su adhesión;
TIENE QUE PENETRAR A FONDO EN LAS LEYES DE LA ECONOMÍA, TIENE QUE PENETRAR A FONDO EN LOS CONOCIMIENTOS DE LA HISTORIA, EN LOS CONOCIMIENTOS DE LA PLANIFICACIÓN,
porque ese conocimiento cada vez mayor le dará cada día más convicción, le dará cada día más seguridad, le dará cada día más fe en el porvenir. (…)
APRENDER, PARA SER CADA DÍA MÁS SOLDADO CONSCIENTE Y MÁS CONSTRUCTOR CONSCIENTE DEL SOCIALISMO,
y en la seguridad de que cuanto más aprende mayor será su entusiasmo, mayor será su orgullo, mayor será su comprensión del papel histórico que está jugando en su patria y en América, mayor será su satisfacción.
(En la clausura, teatro Chaplin, 28 de noviembre de 1961)

Delegados y formación de cuadros

FUE EL CONGRESO LA EXPRESIÓN DE LA VOLUNTAD DE NUESTROS TRABAJADORES, EXPRESADA DE LA MANERA MÁS DEMOCRÁTICA QUE HAYA OCURRIDO NUNCA EN NUESTRO PAÍS, (…) de manera que de la propia masa de los trabajadores, de la manera más espontánea y siguiendo el mismo método de masas que tantos frutos ha dado en la formación de la vanguardia revolucionaria, se propusiesen, se discutiesen y se eligiesen aquellos trabajadores que a juicio de sus compañeros debían representarlos en este Congreso.
Naturalmente que nosotros no podemos culpar a ningún cuadro de sus deficiencias sin culparnos a nosotros mismos (…). Un individuo que llega a un lugar y hace las cosas perfectamente bien sin tener ninguna experiencia, ese tiene que ser un genio.
EN REALIDAD, A LOS CUADROS HAY QUE ENSEÑARLOS A TRABAJAR, Y EVIDENTEMENTE NOSOTROS NO HEMOS SIDO SUFICIENTEMENTE CAPACES DE ENSEÑAR A NUESTROS CUADROS A TRABAJAR, A TRABAJAR BIEN.
(En la clausura, teatro de la CTC, 29 de agosto de 1966)

Democrático e histórico

Se ha dicho, con razón, que
ESTE XIII CONGRESO DE NUESTROS TRABAJADORES SERÁ HISTÓRICO.
Y en este Congreso se ha expresado esencialmente el nivel de conciencia política y revolucionaria de nuestros trabajadores. Aquí se han discutido —y a lo largo de este proceso que dio lugar al Congreso— cuestiones profundas, importantes, decisivas, para nuestro proceso revolucionario.
LO PRIMERO QUE RESALTA ES EL ESPÍRITU DEMOCRÁTICO
que presidió todo el trabajo de este Congreso obrero,
FIELES AL PROPÓSITO DE DESARROLLAR UN MOVIMIENTO SINDICAL PODEROSO Y PROFUNDAMENTE DEMOCRÁTICO.
Las cuestiones discutidas en las tesis tocan muy de cerca puntos esenciales del proceso ideológico y político de nuestra Revolución, pero
LAS DECISIONES QUE AQUÍ SE HAN TOMADO (…) NO FUERON ESTABLECIDAS EN VIRTUD DE UNA DECISIÓN DEL PARTIDO, SINO QUE HAN SIDO AMPLIAMENTE DISCUTIDAS EN EL SENO DE NUESTROS TRABAJADORES.
(En la clausura, teatro de la CTC, 15 de noviembre de 1973)

Batalla por el 6to. y 9no. grados

EN REALIDAD, LOS AVANCES HAN SIDO IMPRESIONANTES.
No intentaré repetirlos todos, pero podemos citar un ejemplo: en el terreno educacional, dentro del movimiento sindical, la lucha por alcanzar el 6to. grado, lucha planteada en el XIII Congreso, y que algunos dudaron de alcanzar una meta de un millón de trabajadores a graduarse de 6to. grado entre la fecha del Congreso y 1980. Y como decía el Informe Central,
ES UNA META PRÁCTICAMENTE LOGRADA, LO CUAL SIGNIFICA QUE EL NIVEL MÍNIMO DE NUESTROS TRABAJADORES —¡EL MÍNIMO!— SE HABRÁ ELEVADO EN 1980 HASTA EL 6TO. GRADO.
Y partiendo de esta victoria, se plantea ya el objetivo de alcanzar para 1985 el 9no. grado. Sí, sé que se habla de medio millón de trabajadores para 1985 con el 9no. grado. Ese es el compromiso de ustedes. Pero, en realidad, es una meta modesta (…)
DEBEMOS LUCHAR, EN TÉRMINOS GENERALES, POR EL 9NO. GRADO COMO NIVEL MÍNIMO DE NUESTROS TRABAJADORES PARA 1985.
(En la clausura, teatro Lázaro Peña, 2 de diciembre de 1978)

Dueños de la riqueza del país

Todos los problemas prácticamente han sido abordados en este Congreso, problemas que tienen que ver directamente con los obreros y los trabajadores en general, y problemas que tienen que ver con la Revolución, con la vida de toda nuestra sociedad, con los asuntos internos y externos del país, puesto que
LA CLASE OBRERA ES LA ESPINA DORSAL Y EL ALMA DE LA REVOLUCIÓN.
Esta cosa asombrosa, esta cosa extraña, de ver a un movimiento obrero planteando lo que aquí se ha planteado,
LOS PROBLEMAS (…), LAS CUESTIONES (…) LOS INTERESES QUE AQUÍ SE HAN PLANTEADO, ¡SOLO ES POSIBLE CUANDO LA CLASE TRABAJADORA SE SIENTE DUEÑA DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN Y DE LAS RIQUEZAS DEL PAÍS!
Solo entonces los obreros se reunirán para hablar de ahorro, de productividad, de rentabilidad, etcétera, de mejores servicios.
(En la clausura, teatro Lázaro Peña, 24 de febrero de 1984)

Voluntad de lucha

Los demás Congresos tuvieron lugar en condiciones normales, y este Congreso tiene lugar en condiciones excepcionales. (…)
TRANSPIRABA INTERNACIONALISMO, QUE TRANSPIRABA ESPÍRITU REVOLUCIONARIO, QUE TRANSPIRABA POR TODOS LOS POROS PATRIOTISMO, DECISIÓN Y VOLUNTAD DE LUCHA; FUE UN CONGRESO QUE TRANSPIRABA POR TODOS LOS ASPECTOS LA UNIDAD DE NUESTRO PUEBLO. ¡UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD!,
El imperialismo y la reacción mundial deben saber que la Revolución no puede ser derrotada. Nuestros amigos en todo el mundo deben saber que nuestro pueblo será capaz de resistir en cualquier circunstancia; deben saber
QUE EN CUBA NO SE DERRUMBARÁ LA REVOLUCIÓN, QUE EN CUBA NO SE DERRUMBARÁ EL SOCIALISMO.
(En la clausura, teatro Karl Marx, 28 de enero de 1990)

La dignidad ante los golpes

Es, en primer lugar, UN CONGRESO POLÍTICO —como ya se señaló el primer día—, UN CONGRESO REVOLUCIONARIO, UN CONGRESO IDEOLÓGICO.
Se dijeron cosas muy certeras y profundas cuando se expresó aquí que no era un Congreso de los trabajadores por cuota de poder o por el poder, sino
UN CONGRESO DE LOS TRABAJADORES EN EL PODER.
Cuánto nos hemos recuperado ya en lo moral, en lo político, en la conciencia, de aquel golpe anonadante que recibimos hace cinco o seis años; lo que ha demostrado, de paso —y haciendo otra alusión olímpica—, que
NUESTRO PAÍS COMO BOXEADOR TIENE UN CUELLO DURO, DURO, DURO, QUE ES IMPOSIBLE DE NOQUEAR, AGUANTÓ, AGUANTÓ EL GOLPE EN LO IDEOLÓGICO Y FUE CAPAZ DE AGUANTAR CON HEROÍSMO EL TREMENDO GOLPE EN LO MATERIAL QUE RECIBIÓ.
Y eso se ve claro y se palpa en el tono, en el espíritu y en la dignidad con que se ha hablado aquí.
(En la clausura, Palacio de Convenciones, 30 de abril de 1996)

Che y el hombre nuevo

ESTA ES UNA REVOLUCIÓN TRIUNFANTE EN EL PODER CON LA CLASE OBRERA COMO VANGUARDIA DE LA OBRA TRANSFORMADORA INICIADA EN 1959.
En Cuba los trabajadores integran una clase revolucionaria, que comparte el poder con campesinos, estudiantes y el resto de la sociedad, por lo que aplicar semejantes indicaciones del capitalismo solo serviría para dividir, lo cual ha sido una estrategia en Estados Unidos y algunos países de Europa.
NO SE PUEDE CONSTRUIR EL SOCIALISMO DE UN DÍA PARA OTRO. PRIMERO HAY QUE CREAR EL HOMBRE SOCIALISTA, EL HOMBRE NUEVO DEL QUE HABLABA EL CHE. Y EN ESO ESTAMOS TRABAJANDO.
(En la clausura, Palacio de Convenciones, 30 de abril de 2001) (ALH)

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