En 1918 se publicó por vez primera el libro Con el eslabón, que recogió los aforismos escritos por el destacado filósofo, educador y patriota cubano Enrique José Varona.

La primera edición de Con el eslabón se hizo en San José de Costa Rica, en dos tomos, en 1918. Apareció como parte de la colección “El Convivio”, dirigida por el destacado intelectual Joaquín García Monge. Esta serie de libros de literatura universal, se inspiró en la palabra latina convivium, que significa convite, banquete.

Portada del segundo tomo de Con el eslabón (1918). Archivo del autor.

Una edición argentina vio la luz en Buenos Aires en 1920, como parte del número 33 de Ediciones Selectas América, cuadernos quincenales de letras y ciencias. En este mismo país se hicieron otras ediciones en 1930 y 1931. La Editorial Letras Cubanas lo publicó en 1981 como parte de la Biblioteca Básica de Literatura Cubana, con prólogo de Ana Cairo Ballester.

Origen de un libro

Tras la publicación de García Monge los aforismos de Varona comenzaron a ser conocidos en todo el continente. El número 5 de la revista Inter América, órgano de Intercambio Intelectual entre los pueblos del Nuevo Mundo, con asiento en Nueva York, incluyó una parte de ellos traducidos al inglés. La revista Puerto Rico Ilustrado también les dio cabida en sus páginas desde el propio año 1918. En Cuba, se publicaron en la revista Cuba Contemporánea, entre 1919 y 1925.

Enrique José Varona. Archivo del autor.

En 1926, los aforismos de Enrique José Varona fueron agrupado en un volumen por el escritor Enrique Gay Calbó, quien era uno de los redactores de Cuba Contemporánea. Esta edición se hizo en Manzanillo, ciudad del oriente de Cuba, por la Editorial El Arte, como parte de la “Biblioteca Martí”. Nuevas máximas varonianas fueron editadas en “Comprimidos”, por la Revista de Oriente en 1928 y la publicación habanera Ideas en 1929. Por último, los “Nuevos comprimidos” se publicaron en la Revista de Oriente en 1929. Todos están recogidos en la edición realizada en 1981 de Con el eslabón.

De acuerdo a los estudiosos de la obra de Enrique José Varona la inspiración para el título de este libro se originó en la cualidad del eslabón, pedazo de hierro que permite obtener fuego tras golpear una piedra. El propio autor resaltó que “El aforismo es un rayo de luz que palpita, de conciencia a conciencia, a través de las edades”. Además, en el prólogo a la edición realizada en 1927 de Con el eslabón, Varona escribió que “Estos breves párrafos son las chispas de un alma herida por la realidad circunstante”, lo que demuestra la influencia de la vejez y la época que vivió en la concepción de estas breves sentencias.

La aparición de Con el eslabón en 1918, tuvo impacto en la intelectualidad de la América Latina. Baldomero Sanín Cano escribió:

“…he venido a conocer al filósofo, al elocuente orador y al político en un aspecto que me era desconocido y que me resulta interesante sin ponderación posible. He admirado la concisión, la elegancia de la frase; los rasgos de humour que apuntan de cuando en cuando al remate de un aforismo, y más que todo el valor con que dice la verdad, desinteresadamente, a diestra y siniestra”.

Según Ricardo Jiménez, para quien Enrique José Varona era “…el cubano más ilustre de los que viven”,

Con el eslabón tiene cosas de mucho valor. El estilo que es cogió Varona para escribirlo es el de los comprimidos farmacéuticos. Eso le quita al estilo corriente de Varona mucho de su fluidez, y, a veces, de su claridad; pero, de todos modos, allí están las cualidades excelentes del escritor y del filósofo. (…) Dice Varona muchas cosas que debieran ser leídas y meditadas…”.

Portada de la edición de Con el eslabón (1920), realizada en Argentina. Archivo del autor.

El libro Con el eslabón fue un resumen del pensamiento filosófico y científico de Enrique José Varona. Al mismo tiempo, es una síntesis de su propia vida. De sus afanes patrióticos y las decepciones sufridas. Los aforismos que contiene someten a escrutinio la sociedad en que vivió Varona, tanto la segunda mitad del silo XIX, como las primeras décadas del XX. Permiten entender muchas de las actitudes que asumió y, al mismo tiempo, comprender las contradicciones de un hombre que fue un maestro en perpetua juventud.

Algunos aforismos de Varona

“Como patriota, tengo en mucho ser cubano; como hombre tengo en menos que nada mi condición humana. Busquen la conciliación los que andan cuadrando círculos”.

“La virtud no es obediencia, sino elección”.

“Enseñar es fecundar. No quiero ante mí cerebros esponja, ni cerebros piedra berroqueña; sino que embeban ideas, y las transformen”.

“El sistema de educación del infante está contenido en un sólo mandamiento: Déjalo crecer. Déjalo; es decir, ni aguijón, ni freno”.

“El patriotismo es un sentimiento profundo y en ocasiones admirable. Pero fijémonos bien; se trata de un sentimiento, que se manifiesta en actos, no de una fórmula que se vierte en letras de molde. Produce héroes, no escribidores, ni parlanchines”.

“El lenguaje, para ser puro, ha de tener la primera cualidad del cristal, la transparencia”.

“El periódico ha de ser una cámara oscura que se enfoca en todas partes, y un fonógrafo, que se lleva donde se produce cualquier sonido de voz humana”.

“Acepto tu libertad, sin renunciar a la mía. Te reconozco un derecho de que me siento poseedor. He aquí en lo que consiste la tolerancia”.

“Recordando cuanto nos ha ocurrido del proconsulado de Mr. Magoon acá, y oyendo ahora las opiniones de los que quieren robustecer aún más al ejecutivo, pienso que algunos de nuestros hombres públicos todavía sienten la nostalgia del amo”.

“Los anales de la humanidad, por donde quiera que se abran, gotean sangre”.

“Lo que necesita esta pobre sociedad nuestra, enferma de miedo, es una buena infusión de sinceridad que la tonifique”.

“Déjame ver lo que haces, y te diré lo que eres. Más profundo y no menos verdadero que lo del viejo proverbio: Dime con quien andas, y te diré quien eres”.

“El mundo va al garete, por un mar tormentoso. Noel de hoy, ni el de ayer, el de siempre. Y en este barquichuelo vamos, hasta que un bandazo más fuerte nos hace saltar de cabeza por encima de la borda”.

“La ciencia es un instrumento, el arte una creación”.

“Quien dice maestro, dice guía. Y el guía mejor es el que ha ido más lejos y con más frecuencia por el camino que ha de enseñar a recorrer. El que ha explorado más y ha descubierto más amplios horizontes”.

“En todo el vasto mundo no hay alimaña feroz comparable al fanático. No sólo por las ruinas que acumula, sino porque hace temible o aborrecible su mismo ideal”.

“El bagaje más incómodo de la vejez no son las enfermedades, ni la falta de fuerzas, ni el enflaquecimiento de la memoria; el más incómodo es la experiencia”.

“¿Cuál es el gobierno más aplaudido? El que mejor interpreta y satisface las pasiones de sus gobernados”.

“Hay un océano sin límites, ni fondo conocidos, que bucea sin cesar en la credulidad humana: lo pasado”.

“En los juicios de cada hombre se resume su vida. Su ciclo mental tiene el mismo radio de su experiencia”.

“La constitución política es un molde. Pues si no tienes cuidado de ajustarlo a cada cuerpo, y de modificarlo según sus líneas, sus masas y sus protuberancias, no será un molde, sino una camisa de fuerza”.

“Nuestra vida. Un borrador que se enmienda y se enmienda y no se acaba de poner en limpio”.

“A quienes me miran con cierta lástima desdeñosa, y se digan que carezco del sentido de lo maravilloso, les doy plena razón. No gusto de soñar despierto”.

“Superioridad indiscutible de los tontos: viven satisfechos de sí mismos”.

“Para nosotros, no hay sino dos modos de servir a la patria: poniéndonos con todas nuestras fuerzas a sostenerla; ο abrazándonos a ella para caer con ella, si es imposible evitar la catástrofe”.

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