Durante varios años la cubana Rosalía Abreu conservó y estudió diversos ejemplares de primates en su residencia particular.

Rosalía Abreu Arencibia, conocida por ser hermana de la célebre Marta Abreu de Estévez, gozó de merecida fama en La Habana de inicios del siglo XX. Nacida el 15 de enero de 1862 en Santa Clara, tuvo una juventud marcada por viajes a diversas partes del mundo. Se estableció definitivamente en Cuba en 1899. Vivió en una propiedad, en las afueras de La Habana, llamada Las Delicias o Quinta Palatino, hoy conocida como Finca de los Monos.

Tal denominación no es gratuita. Rosalía Abreu llegó a reunir en esta propiedad la más grande colección de simios cautivos de la época, con unos doscientos ejemplares. También tuvo otros animales: un oso pardo, un tigre, ciervos, caballos, conejos, perros, pavos reales, guacamayos, papagayos, gatos, gallos japoneses, un cocodrilo y un elefante. Sin embargo, en ese lugar tuvo lugar una de las experiencias científicas más importantes en la historia del estudio de los primates.

Rosalía Abreu. Archivo del autor.

Rosalía Abreu fue la primera persona en mantener grandes primates en cautiverio, orangutanes y chimpancés, durante su esperanza de vida natural. Puso a disposición de la comunidad científica sus animales y las notas sobre las experiencias en su cuidado. En ese lugar se realizaron, por prestigiosos investigadores, las primeras observaciones válidas sobre el apareamiento, nacimiento y desarrollo de los chimpancés. Esto fue posible gracias al sistema de manejo que se diseñó para los simios en Quinta Palatino con jaulas confortables, dieta adecuada, limpieza y contacto social. Pero lo más trascendente fue el nacimiento en cautiverio, por vez primera en el mundo, de un chimpancé.

Nace un chimpancé

El primer chimpancé nacido en Cuba recibió el nombre de Anumá, en honor a una divinidad de la India. Este singular acontecimiento sucedió el 27 de abril de 1915. El padre, Jimmy, llegó a la Habana desde Londres en 1914. Tenía de 11 a 12 años y un carácter irascible y feroz. Cucusa, la madre chimpancé, era oriunda de Sierra Leona y se le calculaba entre 12 y 14 años. Antes, había tenido relaciones sexuales con Chimpí, otro chimpancé de la Quinta Palatino. Tras la muerte de este en 1914, se determinó que padecía una anomalía en sus órganos reproductores que imposibilitaban el embarazo de la hembra.

Foto de Cucusa y Anumá en el libro Almost human. Archivo del autor.

El trabajo “Notas sobre un chimpancé nacido en Cuba”, presentado por el doctor Luis Montané en la Sociedad Cubana de Historia Natural Felipe Poey el 30 de octubre de 1915, contiene los detalles del nacimiento de Anumá. Se publicó en la revista de esta asociación y también como libro, bajo el título de Un chimpancé cubano (1915). Al iniciar este ensayo, Montané insertó una frase del destacado antropólogo francés Paul Broca, en la cual mencionaba que no se conocía más acerca de los monos antropoides, puesto que “…que estos animales no se reproducen en cautiverio…”. Entonces, seguidamente, comentó:

“La procreación, pues, y el nacimiento de un chimpancé en Cuba, constituye un acontecimiento científico, digno ciertamente de ser registrado en los anales de las Ciencias Naturales; porque a nuestro entender, es la primera vez que nace en pleno cautiverio un mono antropomorfo”.

Otra foto de Cucusa y Anumá. Archivo del autor.

Sobre el célebre nacimiento, apuntó Montané:

“El parto de la mona antropomorfa debió resultar entre 5 y 6 de la mañana. Puesto que a las 6, hora en que el animal pudo ser observado por primera vez, el monito había nacido, descansando ya entre las piernas dobladas de la madre, unido todavía a ella por el cordón umbilical—el cuerpo desprovisto de pelos, excepto en la cabeza, en que se notaban abundantes—, los ojos grandemente abiertos y con mirada azorada”.

De acuerdo a la descripción realizada por Luis Montané del pequeño Anumá:

“A los dos meses le han salido 4 incisivos: 2 arriba, 2 abajo. Durante el tercer mes los incisivos restantes han hecho su aparición. A los 4 meses han brotado 4 molares; actualmente tiene 6 meses. Anumá presenta una talla de 53 cent.; la circunferencia de la cabeza es de 33 cent.; su perímetro torácico mide 37 cent.”.

Foto de Anumá en el libro Almost human. Archivo del autor.

Repercusión internacional

El nacimiento, por primera ocasión en el mundo, de un chimpancé en cautiverio, fue una noticia de repercusión mundial. El científico ruso Iliá Méchnikov, Premio Nobel de Medicina en 1908, le escribió a Rosalía Abreu el 29 de agosto de 1915:

“Es absolutamente maravilloso lo que se ha podido realizar; pues es la primera vez—que yo sepa—, que se ha logrado obtener la reproducción de un mono antropomorfo en cautiverio. Según todos los datos que me ha sido dado recoger de los médicos coloniales, —aun en la misma África, en Guinea, en el Congo, nunca se ha podido obtener la reproducción de un chimpancé. La felicito, pues, por el resultado. Sépalo bien; en el porvenir esto presentará una grandísima importancia para el estudio de las enfermedades infecciosas, tales como escarlatina, sarampión, difteria, etc.”.

A su vez, el Dr. W. T. Harnaday, director del Parque Zoológico de Nueva York, le envió otra carta, fechada el 21 de julio de 1915, en la cual expresó:

“Una vez, dice, tuvimos aquí un pequeño chimpancé con su madre; pero la madre fue capturada en estado salvaje poco antes de nacer el chimpancé; y por tanto estaba en estado de preñez al ser capturada. La felicito, pues, calurosamente, y me alegraría mucho recibir detalles completos del hecho. Infiero, naturalmente, que el nacimiento tuvo lugar por el cuidado en cautividad”.

Otra misiva que recibió Rosalía Abreu fue la del Dr. Robert M. Yerkes, del Laboratorio de Psicología de la Universidad de Harvard, el 30 de septiembre de 1915:

“Yo estoy trabajando sin descanso para obtener la creación de una estación americana, en la que podrán ser estudiados directamente los monos y antropoides, desde el punto de vista de sus costumbres, relaciones sociales, vida mental, así como desde el punto de vista morfológico, fisiológico y patológico. ¡Qué buena fortuna, pues, para todos, que haya nacido en pleno cautiverio un joven chimpancé!”.

Años más tarde científicos estadounidenses decidieron aprovechar las experiencias de Quinta Palatino. En una noticia generada en Nueva York, que reprodujo el periódico cubano La Discusión, el 3 de julio de 1924, bajo el titular “Profesores de Yale estudian los monos de Rosalía Abreu”, se planteó:

“El estudio de una de las mayores colecciones de monos del mundo, es el objeto de la visita a Cuba, de Mr. Robert M. Yerkes, (…) y el doctor Harold Bingham, (…), dos profesores norteamericanos de historia natural que se encuentran actualmente en La Habana. Sus investigaciones consumirán por lo menos dos meses, y son dirigidas por los Laboratorios Nacionales de Investigación Científica de Washington, y por el Gobierno de los Estados Unidos”.

“La colección de monos que los sabios estudiarán es la de la señora Rosalía Abreu, distinguida dama cubana que ha dedicado muchos años de estudio de los monos y gastó mucho dinero reuniendo 86 ejemplares de monos distintos. De este número 46 especies están representadas, entre las cuales hay 15 chimpancés y 2 orangutanes”.

“La señora Abreu ha hecho preparativos para recibir a los profesores Yerkes y Bingham. Ella ha puesto a su disposición la casa del encargado de su quinta de verano en Palatino, un suburbio de la Habana. Allí los ilustres visitantes establecerán su laboratorio y dirigirán los experimentos para probar la inteligencia de los monos. En su trabajo serán ayudados por la señora Abreu que ha reunido interesantes y valiosos datos acerca de su colección”.

“Uno de los principales objetos de estudio será el chimpancé Anumá que es el único en el mundo que ha nacido en cautividad. Anumá tiene una inteligencia según se dice, que parece increíble”.

Estudios en Quinta Palatino

Acerca de las investigaciones realizadas en la propiedad de Rosalía Abreu, Robert M. Yerkes publicó el libro Almost human (1925). Dedicado con pasión a la investigación en primates, en varias oportunidades comentó sobre sus experiencias en La Habana. Agradeció

“…a la Sra. Rosalía Abreu, quien amablemente me permitió seleccionar fotografías de su colección de animales y su propiedad”.

Foto de la Quinta Palatino en 1924. Archivo del autor.

También narró cómo comenzó a interesarse por la colección de primates de la Quinta Palatino:

“Oí hablar por primera vez de la señora Rosalía Abreu cuando, en 1915, nació un chimpancé en su finca de La Habana. El acontecimiento fue notable porque no existía ningún registro previo de la concepción y el nacimiento de un gran simio en cautiverio en ninguna parte del hemisferio occidental. Naturalmente, los científicos cubanos y la señora Abreu celebraron con entusiasmo el nacimiento del pequeño chimpancé. La noticia me llegó a través de la prensa científica. La señora Abreu tuvo la amabilidad, en respuesta a mi solicitud, de enviarme fotografías de la madre y la cría y de escribirme sobre su interesante trabajo con los primates y sus planes”.

“La Primera Guerra Mundial interrumpió nuestra correspondencia, y durante varios años solo supe de forma indirecta y esporádica del chimpancé cubano. Luego, en 1923, recibí de la señora Abreu una invitación sumamente generosa y urgente para visitar su finca y estudiar su gran colección de animales. Gracias a la cooperación de la Institución Carnegie de Washington, en enero de 1924 pude pasar varios días en La Habana. Esto me dio la oportunidad de conocer mejor el interés de la señora Abreu y observar sus instalaciones y servicios generales para el cuidado de los primates en su hermosa finca, Quinta Palatino”.

“El afán de la señora Abreu porque sus animales se utilizaran para el avance del conocimiento y, por ende, del bienestar humano, me impulsó a recomendar a la Institución Carnegie que se hicieran fondos para el estudio de la colección Abreu. La recomendación fue aprobada y pude, con tres asistentes, pasar varias semanas en La Habana durante el verano de 1924, con el fin de observar las condiciones de vida y el comportamiento de los primates en cautiverio, y estudiar con mayor profundidad diversos aspectos del comportamiento social y expresiones importantes de la vida emocional e intelectual”.

“Además, y esto fue fundamental, llevé a cabo una extensa entrevista con la señora Abreu para obtener un registro bastante detallado de su larga experiencia con los animales y para comprender mejor la relación de sus rasgos de personalidad con su excepcional éxito en la cría y el cuidado de sus mascotas”.

“Fue durante esta entrevista, que se prolongó durante casi dos meses, cuando se me ocurrió la idea de escribir un libro que difundiera ampliamente la valiosa experiencia de la señora Abreu y la combinara con información general sobre los primates y la posibilidad de aumentar considerablemente su valor para el ser humano. Hablé del plan con la señora Abreu, superé sus objeciones a la publicidad y obtuve su aprobación. Poco después, mientras trabajaba en el manuscrito, se me ocurrió que el valor de la historia podría aumentar con un breve resumen de los resultados de estudios científicos sobre el comportamiento y la vida mental de monos y simios. Finalmente, se decidió abordar este tema bajo tres epígrafes: inteligencia, vida emocional y sus expresiones, habla y otras formas de lenguaje antropoide”.

Robert Mearns Yerkes. Archivo del autor.

La experiencia habanera de Robert M. Yerkes le permitió fundar el Laboratorio de Biología de Primates de la Universidad de Yale, así como el Centro para la Cría y Experimentación de Antropoides en Florida, Estados Unidos.

Foto de la casa que sirvió de laboratorio para las investigaciones de 1924 en Quinta Palatino. Archivo del autor.

Por su parte, el investigador Harold C. Bingham, del Instituto de Psicología de la Universidad de Yale, publicó el texto Sex Development in Apes (1928).  En este expuso buena parte de la información que recogió en la Quinta Palatino. Así lo reconoció al destacar que “La señora Rosalía Abreu me dio generosamente acceso a su colección de animales”.

Fragmento de la noticia que publicó La Discusión el 3 de julio de 1924. Archivo del autor.

El trabajo de Bingham se enfocó hacia la reproducción y el desarrollo postnatal de los chimpancés. Entre las conclusiones a las que arribó se destacó la identificación de

“…cuatro etapas del desarrollo posnatal del chimpancé: infancia, niñez, adolescencia y madurez. Tras un verano de trabajo en 1924 en La Habana, Cuba, con la colonia de primates de Abreu, al año siguiente se inició en el Instituto de Psicología de Yale un periodo de estudio más extenso sobre la niñez del chimpancé. De los chimpancés en estos primeros años de desarrollo se han obtenido los registros más valiosos sobre la génesis sexual, pero los orígenes de este comportamiento se remontan claramente a los inicios de la vida posnatal, si no más allá”.

Acerca de lo relativo a la sexualidad de los primates de la Quinta Palatino, escribió:

“Durante mi trabajo de verano en 1924 con la colonia de primates Abreu en La Habana, pronto me percaté de la facilidad con la que se pueden realizar observaciones directas del comportamiento sexual en los monos. Mis observaciones se centraron especialmente en parejas de simios negros, mandriles, babuinos y chimpancés. De los gibones y orangutanes de esta colonia, obtuve relativamente pocos registros”.

Fragmento de la noticia que publicó el Diario de la Marina el 7 de abril de 1926. Archivo del autor.

Estos no fueron los únicos reconocimientos recibidos por Rosalía Abreu y su colección de primates. El 7 de abril de 1926 el Diario de la Marina dio a conocer la opinión de Julián S. Huxley sobre las investigaciones realizadas en la residencia de Rosalía Abreu. Huxley, gran figura de la ciencia mundial, era nieto del conocido darwinista Thomas Huxley y fue el primer director de la UNESCO al fundarse esta organización en 1946. La noticia, que se tituló “Fama mundial del jardín de Dona Rosalía Abreu”, destacó lo siguiente:

“«El jardín de la residencia que, en las afueras de la Habana, posee la señora Rosalía Abreu, ha asumido importancia científica en el mundo entero, gracias a los estudios que en el mismo se han podido realizar sobre la psicología de los monos cautivos que allí residen». Tal es la opinión de uno de los biólogos más jóvenes del mundo, Julián S. Huxley…”.

“Al examinar el libro del profesor R. R. Yerkes, titulado Casi Humanos, cuya obra ha sido compuesta sobre las observaciones que el jardín de la señora Abreu había reunido aquel, Huxley dice: «La señora Abreu ha logrado que los chimpancés que mantiene en cautividad procreen. Las investigaciones psicológicas que se vienen realizando sobre los chimpancés sólo lo son de ciertos años a esta parte y están llegando a un punto crítico, porque se trata de estudiar en ellos el puente que los separa de la psicología humana, con sus ideas, sus imágenes, sus conceptos. Koehler, el psicólogo alemán, demostró que el chimpancé debe poseer memoria imaginativa y que puede construir inteligentemente instrumentos simples de que valerse en determinadas situaciones. Ahora Yerkes, con este admirable y lúcido estudio de la mente antropoide, establece la estrecha similitud entre el hombre y el chimpancé en lo que respecta a la vida emocional»”.

“«Hasta ahora parece que los chimpancés no tienen un verdadero lenguaje, porque los sonidos de que hacen uso son sólo representativos de estados subjetivos y no de objetos externos definidos. A pesar de ello se les puede enseñar, aunque con mucha dificultad, los rudimentos del lenguaje. De modo que están por encima de la línea intelectual que distingue a los animales del hombre»”.

“«El profesor Yerkes hace en su libro la interesante sugestión de que la vida social, el juego y la disciplina, parecen ser los factores más importantes en conservar saludables a los chimpancés, por lo cual sería conveniente que en los jardines zoológicos se estableciera un comedor y un gimnasio para el uso de estos animales, siempre bajo la inspección de un ser inteligente que supiera atenderlos»”.

Otra foto de Anumá en el libro Almost human. Archivo del autor.

Hay que destacar que, en el desarrollo de estas investigaciones, Rosalía Abreu se opuso firmemente a realizar experimentos con sus primates. Tampoco permitió que sufrieran daños ni tratos degradantes. Por estas razones se le considera, además, una pionera de la bioética en Cuba.

El final

La colección de primates de Rosalía Abreu no estuvo exenta de polémica. Incluso, ella misma fue acusada de excéntrica. En 1927 un sirviente fue acusado de envenenar dos chimpancés por un desacuerdo con la dueña. Tras la muerte de Rosalía, el 3 de noviembre de 1930, se conoció que un macho chimpancé había dado muerte a un sirviente tiempo antes. El propio Anumá murió a consecuencias de una herida de bala recibida al atacar a un trabajador de la Quinta Palatino.

Después del fallecimiento de Rosalía Abreu, la colección de primates fue disgregada y varios chimpancés fueron trasladados a Estados Unidos. Esto sucedió a pesar de que ella había dejado una cuantiosa suma de dinero de su herencia para la atención de sus monos. Sin embargo, para continuar las investigaciones realizadas en Quinta Palatino, uno de sus hijos creó el Fondo Conmemorativo Rosalía Abreu en los Laboratorios de Biología de Primates de la Universidad de Yale.

En la actualidad el conocimiento científico que se posee acerca de los primates, en particular de los chimpancés, es muy amplio. Los hábitos de estos animales, las relaciones que mantienen entre ellos, su sexualidad y desarrollo, han sido estudiados con profundidad. Pero el inicio de esos avances sucedió en La Habana, en Cuba y fue posible gracias a una mujer cubana que se llamó Rosalía Abreu. (ALH)

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