“Firme, sin alardear ante sus propios actos de heroísmo, con una dignidad que ha quedado fuera de cualquier negociación posible, el pueblo cubano vive días en extremo retadores”, significó en las conclusiones del X Pleno del Comité Central del Partido Comunista su Primer Secretario y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Y lo hace, aseveró, poniendo a prueba todo su saber, desatando incluso la imaginación en ese camino complejo, terrenal, demandante de inventiva y adaptabilidad: un camino que las cubanas y los cubanos conocemos muy bien —el de la resistencia inteligente—, que no significa soportar con rigidez, sino buscar, contra todo mal pronóstico, cómo superar obstáculos, cómo seguir adelante y, además, venciendo.

De avanzar, crear, aunar…habló también el Jefe de Estado cubano, porque son muchos los desafíos que tenemos por delante y “emerge hoy, en toda su enormidad y hermosura, la gran tarea que tenemos todos los revolucionarios y patriotas cubanos: salvar a la Patria, a la Revolución y al Socialismo, empeño en el cual —y lo sabemos desde hace mucho tiempo— toda mano que se apreste, toda buena idea, resultan imprescindibles, valiosas, sagradas, en esa fuerza inclusiva que llamamos resistencia”.

A la realidad cada vez más compleja y abrumadora que atraviesa el mundo, herido de múltiples crisis, en primer lugar la humanitaria, hizo referencia también el Presidente cubano, destacando cómo “nosotros, en  medio de las turbulencias planetarias, despreciados y castigados por el enemigo más poderoso de la historia, desafiados por numerosos problemas internos, tenemos a nuestro favor el entrenamiento de seis décadas buscando, hasta encontrarlas, siempre posibles soluciones en situaciones excepcionales y contextos extremos”.

Atrevidos por naturaleza, despiertos en el actuar, hijos de una Revolución que ha defendido el saber, los cubanos sabremos descubrir siempre múltiples puertas, allí donde se presente una crisis que pueda significar para otros el anuncio de lo imposible, reflexionó el mandatario.

Eso explica —valoró— que estemos aquí, “porque sucesivas crisis siempre nos han catapultado a sucesivos logros; porque amamos superarnos a nosotros mismos; porque no nos gusta perder, y ni por asomo rendirnos; y porque la actitud de luchar va en la identidad como un código inextirpable de nuestra secuencia genética”.

A cuánto espera el pueblo “de nosotros, sus principales representantes y servidores públicos”, hizo mención también el dignatario en su intervención: “acciones concretas e inmediatas que ayuden a superar la profunda crisis económica que tanto daño está haciendo al tejido espiritual de nuestra nación”.

Hoy más que nunca, valoró,  se reafirma que esas soluciones dependen por entero de nosotros, en un contexto altamente desafiante y amenazador.

“Somos un país en guerra. Cuba vive y resiste hace más de 60 años bajo condiciones de guerra. Todos los días caen a nuestro alrededor las bombas de la guerra económica, que bloquea, que obstaculiza, que frena o ralentiza todos los esfuerzos, y las bombas de desinformación, de distorsión y de odio que envuelven a las primeras”, reflexionó.

Y en medio de ese contexto inmensamente difícil, donde la “maquiavélica combinación no solo tiene el objetivo de destruir los escasos recursos de un pequeño país”,  sino que además persigue el más perverso propósito de que “la nación se fracture y que la víctima termine culpándose a sí misma y no al victimario”, a nuestro Partido trabajar en pos de fortalecer la unidad, perfeccionar la labor político-ideológica, asegurar políticamente el Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, y a la vez enfrentar las tendencias negativas presentes en la sociedad.

Al complejo escenario internacional actual hizo referencia también el mandatario, catalogándolo de “particularmente peligroso” por los hechos que se suceden, en los cuales resalta el papel cómplice de las grandes transnacionales de la comunicación y la información.

Ante esas realidades, acentuó, estamos obligados a informar, educar y orientar mejor al pueblo, de forma convincente, ecuánime y creativa: “es tiempo de robustecer la conciencia, la cultura y el espíritu antiimperialista que está en la esencia de nuestra lucha y de la defensa de la soberanía nacional y el socialismo”.

A lo imprescindible de dar a conocer de manera más amplia el contenido del Programa de Gobierno se refirió también el Presidente Díaz-Canel, así como a la prioridad que se debe poner en las acciones de control, el incremento en la producción de alimentos, y al enfrentamiento al delito y las ilegalidades, entre otros temas que son vitales para el desarrollo de la nación.

En su medular intervención, el mandatario valoró como trascendental que el X Pleno del Comité Central aprobara la convocatoria al IX Congreso del Partido y las ideas generales para su realización.

“Será este el Congreso de un quinquenio donde el avance es haber resistido y estar luchando y construyendo el socialismo enfrentando con heroísmo y dignidad sin par la oprobiosa y genocida política del imperio, aferrado al plan jamás abandonado de desaparecernos.

“Al IX Congreso corresponde presentar una estrategia de perfeccionamiento del trabajo del Partido, ideológica y económico-social que dé luces, que perfeccione lo que tenemos, que dé respuesta a los problemas.

“Constituirá un congreso de continuidad de la Revolución en medio de una adversa situación global y nacional”, reflexionó.

Varios fueron los momentos de su discurso, en que evocó el pensamiento y el legado de Martí, de Fidel y de Raúl, cuyas ideas son cada vez más imprescindibles en medio de un escenario sumamente difícil y desafiante.

Somos un pueblo que sabe pelear, significó el mandatario, por tener la fibra de nuestros cimarrones y mambises, tan atrevidos e inteligentes; por ser herederos de mujeres y hombres que muchas veces fueron contra toda lógica y supieron vencer; por ser hijos de una Revolución hecha a golpe de inteligencia y coraje.

Y así, a golpe de inteligencia y coraje, seguiremos adelante, porque como dijo el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista al cierre de sus palabras, en Cuba “somos millones capaces de sumar nuestras inteligencias; capaces de ser también ese torrente de sentimientos —como hermosamente definiera Haydée Santamaría a la Revolución—; capaces de mantener la condición de dignidad humana a la que un día pudimos ascender todos por obra y amor de la Revolución, y de la cual nada ni nadie harán que nos bajemos”.  (ALH)

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