El colectivo de la Estación Hidrobiológica «Felipe Poey» de la Ciénaga de Zapata, al sur de Matanzas, labora para la conservación del Manjuarí (Atractosteus tristoechus), especie endémica de Cuba y en peligro de extinción con más de 270 millones de años de existencia.
En el lugar cuentan con 46 reproductoras y cada año obtienen cientos de ejemplares los cuales devuelven al medio natural en el mayor humedal del Caribe Insular, sitio Ramsar y Reserva de la Biosfera por su grado de conservación e importancia ambiental.
«Aquí contamos con 46 reproductores y el proceso ocurre durante una vez al año, principalmente en el mes de mayo, que es cuando comienza el desove. Son carnívoros y los alimentamos de larvas, insectos y pescados», asegura el administrador de la Estación, Adrián Padrón Cardoso.

La ciencia no registra cambios morfológicos evidentes del Manjuarí actual con sus ancestros por lo que lo consideran un fósil viviente. El Manjuarí posee un cuerpo cilíndrico y alargado con escamas unidas en una especie de placa marcada por puntos. Esta le permite defenderse del ataque de depredadores tales como otros peces de mayor tamaño y cocodrilos. La cabeza es plana y el cráneo tiene huesos externos extremadamente duros y hocico óseo con dientes aguzados. Otra de las particularidades es su rápida movilidad que le permite atacar a las presas o huir de quienes le persiguen.
El especialista de la Estación, Andrés Hurtado Consuegra, explicó que realizan estudios de la genética, alimentación y la adaptación al cambio climático en colaboración con el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba para ampliar los conocimientos acerca de la presencia de la especie en la Isla.
La investigación pretende lograr en cautiverio animales con un crecimiento más rápido para repoblar el medio natural. Hace dos años comenzamos a liberar ejemplares marcados en varias zonas de la Ciénaga de Zapata, donde existían reportes de la especie en el pasado, incluso en aguas salobres, dijo el especialista a la Agencia Cubana de Noticias.

Estos animales habitan en aguas dulces de ríos, lagunas y humedales. En Cuba lo encontramos en la región occidental aunque en los últimos años solo existen registros de su presencia aquí en la Ciénaga de Zapata y en la Ciénaga de Lanier en la Isla de la Juventud.
El Manjuarí es de color verde oscuro, con una longitud máxima de dos metros. Sus huevos son venenosos para gran cantidad de animales, incluyendo los humanos. La carne resulta codiciada y ello lo pone en peligro de extinción por su pesca de forma ilegal, pese a los programas para su protección.

El Manjuarí pertenece a la familia de los Lepisosteiformes y su origen data del al período carbonífero de la paleozoica en que aparecieron los primeros reptiles. La Estación Hidrobiológica pertenece a la Empresa para la Conservación de la Ciénaga de Zapata y se encuentra en el Canal de los Patos, varios kilómetros antes de llegar a la Boca de Guamá.
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