Un cabo español dijo ver en Martí los ojos azules, tras la muerte. Otros hablaron de un asesinato al más universal de los cubanos. Incluso, refirieron hasta el homicidio por parte de la propia tropa. Existen quienes especularon hasta un posible suicidio…
A develar cómo ocurrió la muerte del Héroe Nacional de Cuba y la trayectoria de los disparos que recibió durante el combate el 19 de mayo de 1895 se dedicó el historiador y especialista en medicina legal Dr.C Ercilio Vento Canosa.
Martí se estrenó en el combate aquel 19 de mayo. Llegó a la manigua a demostrar su amor por Cuba y la independencia. Apenas llevó su arma reglamentaria.
Entre la una y la una y media de la tarde cae del fogoso caballo blanco, herido por tres balas de los españoles.
Poco probable que, en medio del combate, alguien pudiera con precisión conocer a Martí y dirigirle los tiros. Cuentan que fue un fuego cruzado a ráfagas que arremetió contra la tropa.
Allí en Boca de Dos Ríos cayó Martí. Tanto demoró la identificación que trasladaron el cadáver para Remanganagua el 20 de mayo a las siete de la noche bajo un fuerte aguacero que hacía temblar la hierba del lugar.
Llovía mucho como si el cielo se encaprichara en llorar por la muerte de uno de los hijos más encumbrados de la Isla.
¿Asesinato u homicidio?
La hipótesis sobre la existencia de un traidor en las fuerzas cubanas que cometiera un homicidio, constituye una de las descartadas por el médico legista matancero, tras analizar causas y condiciones de la muerte de José Martí.
“Dentro del Ejército Libertador que alguien matara a Martí; es imposible porque tendría que haber cabalgado junto con él», expresa .
«Los españoles hablan de dos insurrectos, no de tres, tendría que haber cabalgado al lado derecho y dispararle.»
Antonio Oliva, un práctico español, afirmó en su momento haber rematado en el suelo a José Martí y condenarlo a muerte. Existen pocas posibilidades que Oliva, hombre analfabeto, reconociera a José Martí. La teoría del remate queda borrada por la trayectoria de los disparos, según Ercilio Vento Canosa.
“Oliva nunca pudo dispararle a Martí en el suelo, porque la trayectoria del proyectil sería de abajo a arriba y de delante a detrás, cuando realmente es de arriba abajo.”
Martí recibió tres disparos provenientes de las armas del enemigo. Según la explicación de Vento:
Primer disparo. La trayectoria del proyectil de un fusil Mauser siguió un recorrido de abajo a arriba. El impacto lanzó al jinete hacia detrás y lo rotó hacia su izquierda.
“El segundo disparo entra por detrás del ángulo de la mandíbula y sale por el maxilar del lado izquierdo y destruye la lengua. Es una herida que atraviesa los vasos del cuello y parte de la lengua al medio.”
El tercer disparo penetró por uno de los miembros inferiores.
¿Qué ocurrió tras la muerte de Martí?
Ercilio Vento Canosa tras los análisis señala las confusiones y los errores cometidos por parte de Pablo Aurelio Valencia, médico asistente en el caso.
“Se describe un disparo que penetra por el mango del esternón y que sale por la escápula izquierda, como se comprueba en la exhumación del 24 de febrero de 1907, pero el Dr. Pablo Aurelio Valencia describe la salida por la escápula derecha.
Se habla de un disparo que intersecta el muslo derecho por su tercio inferior interno, pero en la exhumación se comprueba fractura de tibia y peroné por el tercio superior.”
Martí no era cualquier soldado; era el líder. Visto con temor por algunos y con impacto por otros, el General Salcedo (español) indicó trasladar el cuerpo a Santiago de Cuba y embalsamarlo.
El doctor Ercilio Vento Canosa cuenta que el médico Pablo Aurelio Valencia inició el embalsamamiento el 23 de mayo en medio de un cadáver putrefacto.
“Valencia se limitó a comprobar si las señas dadas para la persona que se decía ser José Martí, se correspondían con aquel cadáver, por lo que no hizo un informe de autopsia, sino de identificación.”
Extrajo las vísceras, aplicó relleno de algodón y 302 inyecciones de bicloruro de mercurio junto a un barniz de alumbre y ácido salicílico. Luego cosió y entregó el cadáver.
Luego enterraron a José Martí en el cementerio de Santiago de Cuba y posteriormente exhumaron en presencia del hijo para llevar los restos al retablo de los héroes.
Hoy sus restos descansan en un monumento o recinto funerario donde cada 19 de mayo cientos de cubanos le honramos.